@Miguel Vidal / Enero de 1997. Uno de mis últimos trabajos como redactor del Diario AS fue una serie titulada “Paisajes con Figura”, con el personaje situado en el lugar donde había nacido. Uno de los protagonistas era Luis Aragonés, con el que yo venía relacionándome profesionalmente desde 1968, cuando triunfaba como jugador en el Atlético de Madrid, y tenía cierta confianza. Por eso me sorprendió –a mí y a todos los que lo leyeron- cuando fui a buscarle a su adosado de Alcobendas y nada más subir al coche me dijo: “Yo no soy el famoso, el famoso es mi padre”. Viendo mi cara de sorpresa, añadió: “Mi padre tiene una calle a su nombre en Madrid, cosa que no tengo yo”.
En efecto: antes de ir a Hortaleza, donde nació en plena guerra civil, me llevó a la barriada de Las Cárcavas donde efectivamente está la calle Hipólito Aragonés en memoria de su padre. “Mi padre murió de cáncer de duodeno cuando yo tenía quince años y a su muerte todos los pobres de Madrid se manifestaron ante el Ayuntamiento pidiendo que se le pusiera una calle a su nombre”, me contó. “¿Qué por qué la calle?. Por la sencilla razón de que mi padre tenía una granja y mi madre, de nombre Generosa Suárez, les daba comida caliente todos los días”, apostilló.
De esta forma tan imprevista, y a la vez sencilla, supe, supimos, que en Madrid había una calle en recuerdo de su padre, y ahora que lo pienso en voz baja quizá también una vez muerto le pongan el nombre de Luis Aragonés a una calle de la barriada de Hortaleza. Aunque los deportistas sólo les sirven a los políticos para la foto, y sino que se lo pregunten a Carlos Alonso González que para el fútbol se puso el nombre del pueblo donde nació, Santillana, y no le han hecho caso.
Ha muerto el hijo de Don Hipólito Aragonés Plaza y de Doña Generosa Suárez Muñiz. Ha muerto, víctima de una leucemia, a los 75 años de edad, Luis Aragonés, un grande de nuestro fútbol. Un hombre que en 1958 le fichó el Real Madrid y que le intimidó compartir vestuario con los Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento, hasta el punto que no hubo mas remedio que cederlo. No tenía sitio en aquél Madrid pluricampeón europeo. Se fue al Recreativo de Huelva, Hercules, Ubeda, Oviedo, Betis y acabó por todo lo alto en el Atlético de Madrid, con el que llegaría a jugar 360 partidos en Primera División.
Pero para no cansar al lector, donde de verdad se recordará a Luis Aragonés, que en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas tiene una sala de conferencias que lleva su nombre, es como entrenador, el más longevo, con una exitosa trayectoria de 35 años en los más importantes equipos –Atlético, Barcelona, Espanyol, Sevilla, Betis, Valencia, Oviedo y Mallorca- y en la selección. Se le recordará por prescindir de Raúl González Blanco en las convocatorias del equipo nacional y por haberle cambiado la cara al fútbol español a nivel de selección. Con Luis Aragonés se cambió el fútbol racial por el de toque.
Su predecesor, José Ignacio Sáez, ya contaba en sus alineaciones con Iker Casillas y Xabi Alonso, algo también con Fernando Torres, pero Luis Aragonés apostó por los “jugones” y fue incorporando a los Xavi, Cesc Fábregas, Iniesta, Silva y Cazorla con los que España dio un salto de calidad tan inmenso que a partir de entonces conquistó lo que nadie ha hecho: la Eurocopa 2008, con Aragonés en el banquillo, y a partir de su renuncia el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012 con su sucesor Vicente del Bosque. Sucesor nominal y heredero deportivo, porque Del Bosque ha mantenido el mismo bloque que Luis Aragonés. La única diferencia es que a Del Bosque el Rey le hizo Marqués y a Luis Aragonés no. Ahora ya no necesita reconocimientos. Ha muerto con el que más le gustaba: que le llamaran “el Sabio de Hortaleza”.
aqui en España parece que es el país donde te mueres, y sale solo lo más blanquecino e impoluto tuyo, (yo respeto la muerte y el dolor de quién estimara ese señor), pero lo siento no me era simpático para nada, no me gustaban sus ejemplos del señor que era «canteador de pollos» es decir, (sabía si era pollo macho o hembra con meterle solo el dedo índice por el ano) tampoco me gustaba su forma de motivar a los futbolistas como cuando motivaba a Raúl, hablándole en tono despectivo del negro (Thiery Henry) y nisiquiera me gustaba su tono de voz a menudo chulesco y prepotente con la prensa.
Ni siquiera me parecía que fuese un sabio en ninguna materia que no fuera el fútbol, sinceramente me parecía la representación de una España castiza de extrarradio, (no se si de Caravanchel o de Móstoles) de la que ponía la bandera con el torito por ahi, que a mi no me representa, todo y que los futbolistas del barça en el fondo le respetaban.
en definitiva, cuando mueres en España eres un héroe de guerra.
D.E.P. Luís Aragonés.