@Noudiari/ Paulo César Martins Baptista ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Balears a cinco años de prisión por homicidio doloso. La justicia ha tenido en cuenta el atenuante de “arrebato u obcecación” a la hora de reducir la cuantía de la pena, que ha quedado fijada en cuatro meses y medio de cárcel. Asimismo, Baptista ha sido acusado de un delito de uso de documentación falsa que ha sumado seis meses a su pena carcelaria. Además, el condenado deberá indemnizar a la madre de Ureña con 80.000 euros.
El ciudadano portugués Paulo César Martins Baptista agredió el 19 de agosto de 2011 a Abel Ureña. Ambos trabajaban en el hotel Ushuaïa cuando se produjo el ataque, ya que el primero formaba parte de la plantilla de seguridad del establecimiento y el fallecido era camarero en el recinto. Baptista propinó un puñetazo a Ureña, que le provocó una serie de lesiones cerebrales que le ocasionaron la muerte dos semanas después del suceso.
Prófugo de la justicia portuguesa
Baptista, además, era prófugo de la justicia en su país e hizo uso de una identidad falsa durante todo el tiempo que residió en Eivissa. Tras la agresión mortal a su compañero de trabajo, el portugués se dio a la fuga y fue detenido en noviembre del mismo año en Holanda, donde pretendía esconderse de la justicia española.
El acusado se enfrentó el 4 de febrero, fecha en la que dio comienzo el juicio, a una pena de 15 años solicitada por el ministerio fiscal por un delito de homicidio. Según la fiscalía, a raíz de una discusión Baptista agredió a Ureña mientras éste retiraba las mesas del establecimiento y que, tras el primer golpe y mientras el camarero se aplicaba hielo en la contusión, volvió a la carga y le propinó el segundo golpe que, a la postre, resultaría mortal. Por su parte, la defensa negó que el homicidio fuera intencionado y señaló que el portugués no tenía ninguna intención de matar cuando pegó al camarero: “No es fácil matar a alguien de un puñetazo”. Finalmente, la Audiencia Nacional ha fijado en cinco años la pena de prisión del agresor, al tener en cuenta el atenuante de obcecación.
No puedo creer lo que estoy leyendo, 5 AÑOS por matar a un joven.
¿Cuantos años cumplirá? Seguro que el padre del joven entraría 5 años en prisión con tal de poder » charlar» un ratito con el asesino de su hijo.
Este país ha perdido el rumbo.
Sin palabras… Abel ya no esta entre nosotros gracias a un mafioso que ya mismo estará en la calle. Viva la justicia española y que bien lo han hecho Abel Matutes y su superdiscoteca Usuaïa.
Justicia de pacotilla forever: Si se porta bien, en dos años el tercer grado.