Tensión en el aire: crónica de un aterrizaje a merced del viento

@Noudiari/ El fuerte viento que sopla estos días en las Pitiüses jugó una mala pasada a los pasajeros del vuelo de Iberia IB8120 que unía el lunes a las 22.35h Palma de Mallorca con Eivissa. Tras un ligero retraso, la aeronave de Air Nostrum, compañía que opera esta conexión, despegó del aeropuerto mallorquín alrededor de las 23h pero no cubrió en los 35 minutos de vuelo habituales la distancia entre ambas islas, ya que no tomó tierra hasta las 0.20h. 

No obstante, al aproximarse al aeropuerto de Es Codolar comenzaron los problemas. Tras un primer acercamiento a las pistas, el comandante se vio obligado a abortar las labores de aterrizaje debido a que el fuerte viento que azotaba en esos momentos la zona impedía retener el control de la aeronave.

Segundo intento in extremis
Los pasajeros, aterrados por los bandazos que daba el avión, escucharon por megafonía cómo el piloto les informaba de que intentarían por segunda vez tomar tierra en Eivissa, pero si volvía a resultarle imposible, regresarían a Palma de nuevo para no poner en peligro al pasaje y a la tripulación.

El avión de Air Nostrum comenzó a acercarse al aeropuerto ibicenco y todo parecía augurar que esta vez sí podría aterrizar sin problemas. Sin embargo, a pocos metros del suelo, un golpe de viento desplazó a la aeronave, que amenzaba con salirse de la pista. Gracias a la pericia del comandante, finalmente los viajeros pudieron desembarcar en Eivissa sanos y salvos, aunque con el susto en el cuerpo.

Nada más recuperar la normalidad, la sobrecargo pronunció las habituales palabras por megafonía: “Esperamos que hayan disfrutado del vuelo”. Los pasajeros respondieron entre aplausos y carcajadas, ya que más que divertirse sobrevolando la distancia entre Palma y Eivissa lo que habían vivido era una experiencia cargada de tensión. Eso sí, tuvieron humor para carcajearse con las palabras de la azafata, escritas en un manual que no contempla los aterrizajes a merced del viento.