Escribo estas líneas el día después del nacimiento de mi sobrina nieta. O medio sobrina nieta. ¿Sobrina nietastra? No sé. En cualquier caso pariente mío (y querido), a quien envío desde aquí, aun sabiendo que se trata de un mensaje que no llegará, por distintos motivos —su absoluta y más que justificada incapacidad para comprender el castellano, al haber nacido en Gales hace sólo veinticuatro horas, el menos decisivo de ellos—, un abrazo fuerte y mis mejores deseos para lo que vaticino será una larga vida en el extranjero. ¿Quiénes son los extraños? No es ella, mi sobrina nietastra, ni su madre, mi… sobrinastra…; soy yo, el tío abuelo que se fue, o que nunca estuvo, y que era poeta y, según cuentan, orondo y ebrio habitante de una isla. Es extraño ser uno de los extraños y hablar ahora, asentado en el lugar de su partida, del excelente Los extraños de Vicente Valero (Ibiza, 1963). Cuatro historias, de cuatro personajes raros, queridos, casi imposibles —como lo sería un lejano tío abuelo poeta en una isla del mar Mediterráneo— que cautivan al lector desde el primer instante sin que exista, creo, mayor justificación que el deseo de saber más sobre unos parientes que queremos, también, reclamar como nuestros. Vicente Valero ha contado la historia de todas las familias españolas del siglo XX —en esta reseña no voy a dedicar más de 140 caracteres, con sus espacios, a plantear qué es realidad y qué ficción. ¿Cambiaría algo, acaso?— y a la vez ha descrito cuatro circunstancias muy particulares; las del narrador de cada cuento —que podría, o no, ser el mismo—. Parientes que emigraron, porque sí, por la Guerra Civil, para estudiar, para trabajar, para huir del tedio… ¿Hay alguna familia sin sus extraños? ¿Es posible la familia sin los extraños? ¿Qué sería de ella sin ellos?
Al tratarse de cuatro cuentos (¿son cuentos? ¿Testimonios? Digamos relatos, y juguemos a que la palabra nos sirve), de cuatro relatos en cuya trama, creo, ha invertido Vicente Valero bastante tiempo con el fin de no revelar el destino del ‘extraño’ hasta que no sintamos cierto cariño por él o ella (y ya estoy diciendo demasiado), no voy a hablar aquí de lo que ocurre en cada relato. Diré, eso sí, que sus protagonistas tienen algo de títeres dentro del convulso siglo XX español, que su origen isleño o su relación con la isla en un momento dado de su vida resulta, si bien en unos casos más que en otros, decisiva. Con esto quiero decir, y es una suerte poder decirlo en un medio pitiuso, después de que el libro haya sido ya reseñado por algunos de los medios nacionales de mayor difusión, que Los extraños será disfrutado por todos, o por casi todos, pero encontrará su lector ideal entre los habitantes de estas rocas que resisten pese a los embates del mar. Se trata de un libro muy isleño y con ello no quiero decir, ni siquiera sugerir, que por ello tenga límites su alcance. No se me ocurre mejor editorial que Periférica, con este nombre tan de Los extraños, para que aparezca una obra así. Un libro, de los primeros, yo diría, que habla sin reparos del fenómeno paradójico y extraño, también, que ocurre muchas veces entre los isleños: sus ganas de huir, de largarse lo más lejos posible de esta tierra endogámica y desconfiada, que tiende a repudiar, a su vez, a quien se atreva a dejarla. Pero todos volvemos, más o menos, y los que no vuelven nunca dejan de soñar con volver, o con algo parecido a volver, ya que se trata de algo que tres frases no pueden explicar. Hace falta un libro entero para empezar a entender el retorcido carácter isleño, prueba de ello es este extraño (y recomendabilísimo) Los extraños, escrito por un extraño/un poeta (you choose).
Si me hubieran hecho leer este libro en el instituto, a los catorce años, en vez de La vida i la mort d’en Jordi Fraginals, hubiera empezado a adorar la literatura mucho antes, sería hoy más feliz, comprendería mejor la tierra que amo y que me vio nacer y me hubiera ahorrado más de un disgusto, al lamentar lo extraña que es mi familia, al cavilar sobre lo extraño que es sentirse, como me he sentido hasta ahora, un extraño en una isla.
La semana que viene La gente no es como tú, de Gabi Beltrán (Sloper, 2014)
Los extraños, de Vicente Valero
Editorial Periférica, 2014
172 páginas
P.V.P. 16,75 €