V. R. / Ocurre que en ocasiones el balón se resiste a entrar en la portería por más clara que sea la oportunidad y ante esta vicisitud poco o nada puede hacer un equipo que tiene al otro colgado del larguero. Pudo la Peña de Mario Ormaechea dejar el encuentro concluso en el primer tiempo. Dispuso de acciones de sobra para hacerlo, pero el portero, los palos, los defensas y los hados se aliaron en una sucesión de circunstancias que lo impidieron. Al final, 1 a 1 ante el Playas de Calviá, un empate que representa un portazo a las opciones que le podían quedar al club de Santa Eulària en su intento por dar caza al líder, Mallorca B.
Arrancó el encuentro con susto para los locales en una jugada del Playas de Calvià por la derecha en la que el balón salió rozando el larguero del marco defendido Moro, que sustituía bajo palos al sancionado Seral. Fue la primera y única aproximación del conjunto mallorquín al área ajena en unos primeros 45 minutos de claro y apabullante dominio peñista.
Ayrton, Pau, Salinas y otros de forma menos clara gozaron de inenarrables acciones de gol que no lograron convertir por cuestión de suerte, mala para unos, buena para el rival, cuyo meta, Vicent, estuvo siempre donde tenía que estar, una virtud importante para alguien que ocupa esa posición. La banda derecha de la Peña funcionaba como una fabrica de ocasiones.
Autopista por la derecha
Raúl y Ramiro, en colaboración con Pando, caído sobre el costado derecho, se bastaban para romper una y otra vez el entrabado defensivo de un Playas de Calvià que, al margen de sus limitaciones, sabe a lo que juega, que aprieta en el centro y no tiene manías a la hora de soltar la pierna, algo que también hay que saber hacer para que no te acribillen a cartulinas. Por el lado contrario apenas llegaba la Peña y cuando lo hacía nunca era con la misma sensación de peligro, ni de lejos.
Con el partido metido en esta tesitura, lo mejor que les podía pasar a los visitantes era llegar al descanso conservando el marcador incial, algo que ocurrió por la falta de acierto en el remate, en la última etapa de la cadena de producción de acciones merecedoras de serlo en la que los locales convirtieron un accidentado primer acto en el que se ‘rompieron’ Víctor para el Playas de Calvià y Adrián Rosa por parte de los peñistas.
Perdón y castigo
El castigo a tanto perdonar llegó para la Peña en la reanudación, prácticamente en el inio del segundo periodo, en el minuto seis. Fue en una desafortunada acción defensiva en la que Escandell cedió el balón a su meta de cabeza sin la suficiente fuerza, lo que dio tiempo a llegar a Villalustre, que en la frontal y con el meta descolocado solo tuvo que empujar para poner el sorpresivo 0 a 1 en el marcador. El fútbol es severo con quien no da cuenta de sus oportunidades y eso lo sabe la Peña, puesto que no es la primera vez que le sucede en lo que va de torneo.
Los locales pusieron todo su empeño en tratar de recuperar el terreno perdido. Encerraron atrás al Playas de Calvià y le sometieron a un constante bombardeo. Los visitantes, a pesar de estar sufriendo de lo lindo, parecían no esncontrarse demasiado incómodos en esta situación. Avezados en juego de tener que conservar un marcador favorable, los futbolistas del visitantes perdieron todo el tiempo que pudieron y más a base de teatro, de cuento. Lo hicieron con la conivencia del colegiado, que añadió seis minutos y pudo dar hasta quince.
A la enésima
Con el partido interrumpido por defecto, la Peña no hallaba la continuidad que necesitaba para hilvanar la acción del empate, hasta que en el 69 Pando acertó a remachar a gol un balón suelto procedente de un evío de falta para materializar el tanto del empate. Quedaba tiempo para la remontada y el conjunto de Santa Eulària se lanzó a por ella. Fue entonces cuando quedó de relieve que no era el día. Hay veces que entra todo y otras en la que por muy bien que lo hagas y lo tengas para marcar, el cuero se niega a traspasar la línea que separa la gloria del fracaso.
Un doble palo en la misma acción en una jugada con Ayrton y Pomar de protagonista fue un claro ejemplo de ello, al igual que un remate que Salinas tocó bajo palos evitando el tanto de un compañero o un taconazo suyo que un defensa sacó sobre la misma línea cuando el meta estaba batido y en la grada ya se coreaba el empate. Con la mirilla mal calibrada, la Peña tuvo que conformarse con un empate que sabe a poco tanto por el partido realizado como por las ganas impresas por el conjunto de la Villa del Río para seguir luchando por la Liga.
Ormaechea: «Si lo cuentas no se lo cree nadie»
El entrenador de la Peña Deportiva, Mario Ormaechea, no daba crédito a lo ocurrido sobre el rectángulo de juego, sobre todo por las numerosas ocasiones marradas por los suyos. «Si lo cuentas no se lo cree nadie. Menos mal que lo habéis visto igual que yo», señaló al término del choque liguero.
A pesar del empate, de que se esfuman las opci0nes de alcanzar al Mallorca B, el prepardor peñista asegura que «no hay nada que reprochar a los jugadores, aunque en la acción del gol que hemos recibido pienso que podríamos haber hecho algo más», indicó. «Si el balón no entra no se puede hacer nada, pero lo importante es que no ha sido por falta de remate o de oportunidades. Ahora hay que ir partido a partido sin pensar en nada más que en ser segundos, que aún no está claro que vayamos a serlo», concluyó.
– Ficha técnica
1.- Peña Deportiva: Moro, Pau Pomar, Raúl Gómez, Rubén Martínez, Adrián (Escandell, min. 31), José Luis, Ramiro (Zambrano, min. 61), Salinas, Ayrton y Alexander (Tomillero, min. 61).
1.- Playas de Calviá: Vicent, Víctor (Taylor, min. 11), Fede, Gabi, Samu, Tomás, José, Igor, Villalustre, Marcos (Bote, min. 58) y Javi.
Goles: 0-1. Villalustre. 1-1. Minuto 69. Pando.
Árbitro: Antonio Reus Vida, asistido en las bandas por Benavente y Fernández. Mostró amarilla a los locales Rubén Martínez y Ramiro y a los visitantes José y Sete.
Incidencias: Unas 200 personas en el municipal de Santa Eulària. Tarde soleada.