Por Rebecca Beltrán: La revista Historia de National Geographic publica en su página web un reportaje sobre la reapertura del Museo de Puig des Molins, que abrió sus puertas el pasado mes de diciembre después de diecisiete años cerrado al público.
La prestigiosa publicación destaca la exposición permanente con la que se estrenó la nueva etapa de este museo, que según Historia «muestra los rituales funerarios desarrollados en la ciudad de Ibiza durante catorce siglos, desde la época fenicia hasta la dominación bizantina».
Asimismo, la revista de National Geographic subraya la importancia del yacimiento púnico adyacente al museo, que fue declarado en 1999 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Historia remarca la gran riqueza en restos funerarios de esta necrópolis, ya que en sus cinco hectareas de extensión se hallan valiosos restos funerarios púnicos, y matiza que a causa de la vegetación y los sedimentos depositados durante siglos «en el exterior sólo son visibles 350-400 hipogeos, de un total que se estima en torno a los 3000».
«Del período púnico destaca la extraordinaria colección de huevos de avestruz con decoración grabada o pintada, una de las ofrendas más características de esta cultura», prosigue el reportaje, que también acentúa el gran número de escarabeos (pequeños amuletos con forma de escarabajo) que se muestran en las vitrinas del Museo de Puig des Molins.
Historia de National Geographic concluye su artículo sobre el museo ibicenco con un breve repaso a las vicisitudes del museo, cuyo germen surgió en una visita a Eivissa de Alfonso XIII en 1929. «El entonces director del Museo Arqueológico de Ibiza planteó al monarca un ambicioso proyecto para el Puig des Molins», pero la proclamación de la República en 1931 y el estallido de la Guerra Civil en 1936 dieron al traste con estos planes. No obstante, la importancia del yacimiento y de su conservación hizo que los responsables de la iniciativa no cejaran en su empeño y el Museo de Puig des Molins abrió al público por primera vez a finales de los años sesenta. A partir de entonces centenares de lugareños y turistas disfrutaron de la prolijidad de sus fondos hasta 1999, cuando comenzaron esas obras de rehabilitación que no cesaron hasta 2012.