@Noudiari / La presidenta de la Diputación de León y de PP en esta provincia, Isabel Carrasco, ha sido asesinada este lunes a les 17,19 horas, cuando ha recibido tres disparos que han acabado con su vida. Los hechos han sucedido en una pasarela sobre el río Bernesga, en el centro de León y cerca de su domicilio. La UVI movil desplazada al lugar de los hechos sólo ha podido certificar su muerte.
La policía ha detenido a dos mujeres, una madre y su hija, acusadas de cometer el crimen. Según los datos que han sido facilitados por el Ministerio del Interior, son la madre y la hija del inspector de la Policía Nacional de Astorga, Pablo Martínez. Se da la circunstancia que la hija, Montserrat Triana Martínez, era militante del PP en Astorga y que se había presentado en las listas populares en las elecciones municipales del año 2007.
Una de las teorías que se barajan sobre el crimen es que se trate de una venganza personal, ya que Martínez supuestamente trabajaba en la Diputación de León y habría sido despedida.
Una carrera política polémica
La mujer fallecida, Isabel Carrasco, aterrizó en política en el año 1987, a los 32 años de edad, cuando el entonces presidente de la Junta de Castilla y León, José María Aznar, la nombró Delegada Territorial de la Junta en la provincia de León. Fue consejera de Economía y Hacienda en el gobierno de la Junta castellano-leonesa entre 1995 y 2003 y fue senadora por su provincia. En el año 2004 fue nombrada presidenta del PP en León y su fuerte carácter le provocó continuos enfrentamientos con diversos miembros del partido: en el año 2007, 200 militantes de El Bierzo presentaron su baja del partido por discrepancias con ella, y disolvió las juntas locales de San Andrés del Rabanedo, Villaquilambre, Cistiema y Astorga para colocar a personas de su confianza.
Al margen de sus enfrentamientos internos con otros miembros del partido, y de sus continuos choques con la oposición, fue duramente atacada cuando se conoció que cobraba hasta 13 sueldos distintos.
Es pronto para formular hipótesis, pero la muerte de una política en plena campaña electoral, parece algo más que casualidad. Un crimen político más en una España que empezaba a acostumbrarse al silencio de las pistolas, toda vez que ETA ya no mataba, y el GRAPO se da por desarticulado hace años. Puede ser algo personal… quien sabe. Mis condolencias a la familia, amigos, familiares y militantes de la formación política afectada. Serenidad.
Bueno, parece que cobra fuerza la hipótesis de la venganza personal. Dentro de la tragedia, por lo menos, el hecho de que no se trate de algún iluminado intentando cambiar el rumbo político con una pistola, es un consuelo; pequeño, sí. Pero algo es algo.