@C. V. / El Tropicana Ibiza Beach Club es todo un clásico en Cala Jondal. Por ese negocio, que abrió sus puertas el año 1988, ha pasado gran parte de la alta sociedad de gran parte del mundo, además de futbolistas y artistas de gran renombre. También fue el primero que importó el concepto de beach club en Ibiza, tal y como recuerda Toni Marí, propietario del local, que reconoce que “no sabía que esa palabra tendría tanta repercusión porque, si no, la hubiera registrado. Ahora no se abre nada que no sea un beach club”.
Muchas cosas han cambiado desde que Marí aprovechó un terreno familiar para abrir el Tropicana hace 26 años. “En esa época Cala Jondal era como la selva del Amazonas. Yo sabía que por tierra era complicado captar clientes, pero teníamos el mar y era vía libre, por lo que trabajamos mucho el tema barcos. Lo que empezó siendo una familia son ahora muchas familias y, en pleno verano, trabajan aquí unas 60 personas”, afirma Marí.
Pero, en esencia, el negocio es el mismo. Mantiene el restaurante, la zona del chiringuito y las hamacas y sigue apostando por una clientela selecta, que requiere atención y servicios. “Desde un primer momento buscamos un turismo de calidad. No se consigue una clientela así si no se hacen las cosas bien. Ellos son la mejor publicidad que podemos tener, cuando repiten y repiten. No abusamos de los precios y mi mayor alegría es cuando vemos que hay personas que vienen desde hace años”, declara.
Mayoría holandesa
Estos clientes, desde los últimos años, están formados en la gran mayoría por turistas holandeses. “Más o menos trabajamos en un 80 por ciento con holandeses. Estuve hace poco en Amsterdam y allí es más conocido el Tropicana que en Ibiza. Es asombroso. Pregunté si conocían el local y todo el mundo sabía de lo que hablaba; a lo mejor aquí sólo uno de cada diez saben lo qué es el Tropicana. Los turistas nacionales han bajado, pero lo suplimos con turistas de otras nacionalidades, que suelen venir en familia y que buscan tranquilidad. Nosotros, por ejemplo, debemos ser el único beach club de Ibiza que no tiene dj. Ponemos música, pero tranquila, para leer y estar relajado”, comenta.
Las previsiones de esta temporada son bastantes positivas. “El año pasado fue muy bueno y este año esperamos que se repita. Lo veremos en octubre, aunque yo soy optimista. Abril, por ejemplo, ha sido el mejor mes de la historia que yo recuerde. Parecía que estábamos en el mes de junio o julio. Una Semana Santa como la que hemos tenido, no ha sido santa, ha sido santísima. Este verano, además, hemos batido el récord de eventos, sobre todo bodas, con 14, que podrían ser 30 si las fechas no coincidiesen. La única cosa que pido este año es que el tiempo sea bueno y que no nos quite días, porque no hay que olvidar que Ibiza vive del sol y de la playa. Los turistas no gastan mil o dos mil euros para verme a mí, la catedral, una carrera de sargantanas o los pájaros en Ses Salines. Que nadie piense lo contrario. Se gastan ese dinero para tostarse al sol, pasarlo bien y salir de fiesta. Esa es la realidad”, declara.
Toni Marí, que se dedica a la hostelería desde hace casi 60 años, considera que la industria del turismo goza en Ibiza de muy buena salud: “Ahora estamos muy bien. Por ejemplo, hace unos años Platja den Bossa no era nada. Se puede criticar o se puede decir lo que quiera, pero de unos años atrás a ahora esa zona ha experimentado una gran mejoría. En general puede haber algún turismo barato, pero también lo hay muy caro y muy fuerte, un turismo que, además, no nota la crisis y que siempre tiene dinero para las vacaciones. En Cala Jondal se han hecho las cosas bien desde el principio y se ha apostado por ese tipo de clientes, no como en Sant Antoni. Si al principio se hubiesen hecho las cosas como tocaban, ahora no tendrían esos problemas y a lo mejor se hubiese convertido en una de las zonas más ricas de Ibiza. Pero ahora es demasiado difícil cambiar de rumbo, porque quitar una costumbre de un lugar cuesta mucho”.
Julio Iglesias y más famosos
En todo este tiempo, el propietario del Tropicana ha tenido muchas anécdotas. “Por ejemplo, antes de abrirse otro beach club aquí que se ha hecho famoso, yo tenía a toda la jet aquí y conocí a muchas celebrities. Ha pasado medio mundo. También recuerdo una vez a una persona muy conocida, un artista de cine, que cuando fue a pagar no funcionaba la visa y se enfadó conmigo porque no llevaba dinero encima. ‘Mire usted, será quien es, pero aquí se cobra a todo el mundo’, le dije. Se enfadó conmigo porque a muchos famosos les cuesta pagar. Otra vez me ofrecieron la posibilidad de traer al restaurante a Julio Iglesias, pero a cambio de que invitase yo. El problema es que si Julio viene solo, comemos juntos tan tranquilos, pero va a venir al restaurante con 30 personas. Entonces, ni publicidad para el local ni nada. Yo no vivo de Julio Iglesias ni de los que no pagan, yo vivo de los que pagan”, asegura.
Marí, por último, también aprovecha para mandar un mensaje a los políticos: “Lo que tienen que hacer es cuidar la Isla, porque si Ibiza triunfa no es gracias a los políticos ni a los Ayuntamientos, es por cuatro particulares que han puesto su dinero para que esto crezca. La mayoría de los gobernantes y las administraciones lo único que hacen es prohibir y prohibir, pero nunca colaborar y ayudar. En vez de prohibir deberían dar facilidades”.
Servicio nefasto. Comidad de mala calidad y precios exagerados. Nada recomendable.
Ya no vamos y eso que he ido muchisimo. Coincido con el comentario de Ana, mala calidad de la comida y precio exagerado, y solo le hacen la pelotilla a los holandeses que les reservan las hamacas para todo el verano o a los 4 clientes isleños con pasta que van de siempre.