@Miguel Vidal / Este domingo no voy a hablaros de la pachanga de Washington de “la roja”, que supuso el debut en la selección absoluta de David De Gea, el jugador número cuarenta y dos que hace debutar desde que es seleccionador Vicente del Bosque en éste equipo llamado España. Tampoco les voy a hablar, aunque tenía muchas ganas de hacerlo, del mal rollo que ya se está gestando entre los internacionales españoles y los medios de comunicación.
Tiempo habrá para ello porque el próximo jueves arranca el Mundial de Brasil y según vayan las cosas todo terminará como el rosario de la aurora con los periodistas. Como siempre. Yo he ido como periodista a seis campeonatos del mundo de fútbol, todos los que van de Alemania 1974 a Estados Unidos 1994, y nunca quise acercarme al lugar de concentración de la selección española: vuelan los cuchillos.
Tampoco voy a hablar de la falta de vergüenza torera de los jugadores del Mallorca en El Arcángel, celebrando la permanencia como si hubieran ganado un título, en lugar de retirarse con la cabeza gacha por el ridículo de una temporada nefasta en todos los aspectos.
Este domingo, bien arrellanado ante el televisor, me apetece sacar a la luz el hermoso ejemplo de un equipo como la SD Formentera, que está escribiendo las mejores páginas de su corta historia. Dice la publicidad que Formentera es el último paraíso del Mediterráneo. El último reducto de tranquilidad que queda. Una isla de libertad, luz y, ahora, fútbol.
Felip Portas como presidente y Luis Elcacho como entrenador han puesto a la SD Formentera en el mapa. Es una bocanada de aire fresco ver como un equipo tan modesto hace grande a su tierra con su decidida apuesta por ascender a Segunda División B o, por lo menos, intentarlo. Hay que tener mucha moral, hacer muchos sacrificios como club para en un lugar con apenas diez mil habitantes mantener un equipo competitivo no ya en la categoría de bronce del fútbol español, sino incluso en la Tercera División autonómica.
Luis Elcacho es el artífice de este milagro formenterense. Antiguo defensa del Real Oviedo, y titular en las seis temporadas que jugó en Primera División con el equipo carballón, Elcacho era un futbolista de porte elegante y a la vez sobrio en sus prestaciones, un defensa que siempre hacía lo preciso para cumplir con seriedad y disciplina. Nacido en Lleida hace cincuenta años, parece haber alcanzado la madurez como técnico. El equipo que dirige ha mostrado entrega, equilibrio y humildad, virtudes que son achacables al Luis Elcacho persona, durante toda la temporada regular y en especial en su histórico paso por el play off de ascenso.
Que la SD Formentera irrumpa en el mapa del fútbol es la consecuencia. Hoy lo ha hecho en un campo difícil, ante un adversario bronco, ha sufrido y ha gozado desde los once metros, para al final seguir alimentando su hermoso sueño de grandeza. La SD Formentera crece desde el sufrimiento, pero también desde la constancia. No es ninguna casualidad que haya resuelto hasta ahora sus papeletas en los últimos minutos. ¡Amunt Formentera!.