Por motivos de agenda personal he visto este comienzo del Mundial en un sitio muy poco futbolero, un complejo turístico de bungalows en Playa Blanca, al sur de Lanzarote. Ni periódicos españoles, ni radio, ni aficionados alrededor que no fueran holandeses o ingleses. Menos mal del pequeño televisor en la habitación que me ha permitido ver los dos grandes desastres de los inicios. El desastre del árbitro japonés que empujó a Brasil a salir del atasco «regalándole» un penalti y, por encima de todo, el desastroso comienzo de España.
Derrota «histórica», la segunda mayor goleada sufrida en un Mundial, dándose la circunstancia de que la anterior, 6-1, también fue en Brasil sesenta y cuatro años atrás. Los aires de Brasil no le sientan bien a la selección española. Le nublan las ideas y hasta jugadores del prestigio de Casillas y Sergio Ramos pierden el sentido del juego. No hay que cargar las tintas sobre nadie, pero estoy seguro que tanto el guardameta como el central madridista recordarán mientras vivan su aciaga tarde en esta ciudad, Salvador de Bahía, que es la primera que se divisa cuando se llega en avión a Brasil desde España.
No hay paliativos que valgan. No los puso Vicente del Bosque, y no los voy a poner yo. El Mundial de Sudáfrica también lo inició España con una derrota, pero aquí lo que duele no es haber perdido el partido, que duele, sino haberlo hecho por una contundente goleada que puede tener su influencia negativa.
De momento la consecuencia es que se trata de una paliza que ya forma parte de la historia negra de los Mundiales. Era la primera vez que se enfrentaban en el primer partido del Mundial siguiente los dos finalistas del anterior. Todas las apuestas favorecían a España. El ambiente en nuestro país era de euforia total. Minutos antes del partido todos los comentaristas y entendidos pronosticaban una victoria holgada de España. La venganza de Holanda, por este motivo, ha sido todavía más humillante. Ha sido una lección de humildad no para la selección, que saben que el fútbol tiene estas cosas, sino para el entorno.
Así que, ante el decisivo partido contra Chile el próximo miércoles, corazón y cabeza. Y mesura en los comentarios prepartido, que luego la caída es más dura.
Gandes estos de es nou diari….. articulos de miquel vidal un historico periodista deportivo, esto es periodismo y no lo que hace tomas roncero….
Bon article, si senyor…