@D.V./ Cuando tres ciudadanos están hablando de fútbol, el acontecimiento histórico de la coronación de un nuevo rey es algo irrelevante. Y si esta apasionada discusión la corta un periodista que está realizando un reportaje sobre cómo viven los ibicencos la coronación de Felipe VI, lo mínimo es recibirlo con unos bufidos de desaprobación.
“Pa que queremos rey, si un rey no sirve absolutamente pa ná” comenta uno de los contertulios en la terraza del bar Cervantes, en el barrio de ses Variades en Sant Antoni de Portmany. Los tres hombres que están sentados alrededor de la mesa se llaman José y los tres están debajo de una pantalla gigante que retransmite la coronación real ante una indiferencia también real. “Yo estoy hablando de fútbol” contesta uno cuando se le pregunta por Felipe VI. “Estos cobran mucho, son como los futbolistas” señala el tercer contertulio señalando la pantalla.
“Yo he tenido que trabajar igual”
Idéntico entusiasmo encontramos entre los parroquianos del bar El Barrio, que prefieren beber con calma su carajillo matinal. “Yo paso totalmente” comenta Antonio, que muestra la misma hostilidad hacia la monarquía que hacia los periodistas indiscretos. Andrea, la camarera, afirma que “esto no me cambia la vida, hoy he tenido que venir a trabajar igual”. Una frase recuerda a aquella anotación del diario de Kafka en el que refleja el estallido de la Primera Guerra Mundial con el “Austria le ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde, clase de natación”.
El entusiasmo monárquico cae hasta límites subterráneos en el bar El Barrio, también en el barrio de ses Variades de Sant Antoni. Sólo hay tres personas en el local y las tres están en la terraza. En el interior del bar, una pantalla de televisión ofrece las imágenes de Leticia y Felipe VI en un coche bajando por una avenida de la Castellana desierta, tan desierta como el espectáculo de mesas y sillas vacías del bar.
“Está visto que los de la selección española de fútbol tenían prisa para venir a la coronación” comenta jocoso Eugenio. Cecilia, que le escucha, resume asegurando que “se habrán gastado sus dineros con esto, que se lo podrían gastar en otra cosa”. Su amiga Ángela remata con un “a mi me la trae al fresco”.
Algo más de sentimiento monárquico -aunque tampoco demasiado- aparece en la terraza del bar cafetería Pando’s, siempre atestada de gente que está desayunando unas porras o una tostada, y que es un clásico entre los portmanyins. “Han enfocado a las niñas, chiquititas, ¡que guapas y que rubias!” comenta Ángeles, pero su amiga Maria José corta el entusiasmo: “Que han dicho en la tele que les darán una paga de 8.000 euros. ¿Qué hará una niña con tanto dinero?”. Cati, la tercera amiga, apunta hacia los ministros, a quines critica porque “cuando dejan de ser ministros siguen cobrando la paga”.
Las tres amigas prefieren estar en la terraza charlando que siguiendo la coronación en directo: “El desayuno con las amigas es lo más importante. Y la coronación, pues ya la veré en el telediario del mediodía”.
Vila se olvida de la jornada histórica
Si escaso es el entusiasmo que encontramos en Sant Antoni, en Vila el fervor monárquico también se expresa en cuentagotas. Mientras Felipe VI efectua su primer discurso como rey, la ciudad mantiene un pulso absolutamente habitual. En el bar Es Vermell la pantalla televisiva ofrece la repetición de un partido del mundial. En el bar Si Passi el televisor está conectado a una cadena de videoclips. Finalmente, en el bar Savoy, junto a la avenido Isidor Macabich, sí que se está retransmitiendo la coronación real. Un sólo hombre está mirando el monitor. Cuando se le pregunta por el contenido del discurso, el hombre se niega a hablar con el periodista y abandona el bar.
El debate monarquía-república aparece por fin en el clásico bar Nadal Planells. Uno de los parroquianos expresa su fastidio por el hecho de que ha ido al gimnasio con una camiseta republicana y “me han mirado mal”. “Para mi, las banderas no significan nada. Una bandera es un trapo” comenta otro cliente. “¿Banderas? ¡Yo me quedo con Antonio Banderas!” zanja Chus, la camarera.
En la nota sobre la coronacion del rey se mensiona que se televisa en el bar savoy y en realidad es el bar castavi si me hubiesen preguntado a mi tal vez tendrian algo para escribir y no solo quejas futbol. Gracias igualmente. Atte Romina Propietaria del bar .
La indiferència està perfectament calculada, i estimulada, per aquestos que manen i ens han fet un «canvi de rei». Si la gent no s’interessa per la política, més fàcil serà aprofitar-la en el propi benefici.
La República és el sistema més democràtic. Per tant, treballem per tenir-la quan abans.