@Julio Herranz/ Me considero poco machista; creo que justo lo inevitable que mamé por cuota generacional, más los mimos y privilegios que mi madre (como la mayoría de ellas de su tiempo y lugar) concedía a los hermanos a costa de las hermanas. Un lastre del que procuro librarme, aunque no siempre lo consiga. Hay cargas históricas que se nos adhieren al alma como lapas.
Dicho lo cual, intentar opinar sobre lo que está pasando esta legislatura en el Ayuntamiento de Ibiza (un despropósito, un sainete cutre, un ajuste de cuentas…) puede ser arriesgado, pues también tiene lo suyo de pelea de gallinas, con cuatro protagonistas principales: Marienna Sánchez Jáuregui, Pilar Marí, Lina Sansano y Lurdes Costa. Como aquí nos conocemos todos, no creo necesario recordar ahora cargos, partidos y conflictos varios en los que tales señoras se han visto envueltas en los últimos tiempos. Sólo refrescaré el más reciente: la dimisión de Sansano, concejala de Cultura, cabreada con la alcaldesa Pilar Marí porque dice que no la deja trabajar en condiciones, pues la investiga, junto a su equipo, le racanea los dineros y la pone de los nervios. Así que deja el PP, pero no suelta su escaño de concejala, con lo que ha dejado en cuadro deficitario al equipo de gobierno y tal, que depende ahora de la voluntad de tres disidentes del grupo que inició esta endiablada legislatura: ella, la Jáuregui, y el Daura.
No soy analista político, los dioses me libren de semejante cruz; y desde este laico púlpito que me ofrece en este diario intertnoso mi buena amiga Rebecca Beltrán, lo que voy a pretender semanalmente es aportar mi perplejidad, mosqueo y sospechas de ciudadano votante hacia la realidad y actualidad que nos circunda, altera y acalora por los motivos que se tercien. Sin pretender tener razón, así a lo grande, sólo aportando una mirada particular que pueda animar el siempre necesario y gratificante debate democrático en libertad. ¿Impertinente?
Por qué no, siempre que no pierda los modales y el respeto debido; pues estoy ya cansadito de esa hipocresía social de lo políticamente correcto.
En fin, iremos viendo sobre la marcha, que el movimiento se demuestra andando. Y como no quiero cansaros, con tanto material a picotear como hay en la red, bajo el telón aludiendo a la cuarta mujer en liza, Lurdes Costa, que perdió esta legislatura por pocos votos. Acaso, diría uno recordando cosas que me dijeron entonces, por su corta empatía hacia algunos colectivos del municipio. Y de ser cierta la acusación, toda una torpeza de la socialista, pues cada ciudadano y cada ciudadana tiene un voto en su mano que puede usar como quiera.
No recuerdo ahora quien dijo aquello de que el siglo XXI sería el siglo de las mujeres o el último de la Humanidad. Así que, señoras, por favor, no se dejen llevar por los sentimientos alterados. Enfríen sus pasiones políticas y ajusten sus estrategias a argumentos racionales. Todos saldríamos ganando.