Un campeonato del mundo de fútbol es el mejor escaparate para un futbolista. Es el principal caladero de los grandes clubs. El Barcelona se ha hecho con los servicios del uruguayo Luís Suárez, injustamente tratado por la FIFA por la falta de profesionalidad de Giorgio Chiellini, el jugador italiano que simuló un mordisco “para sacar rendimiento deportivo” según propia declaración cuando el mal ya estaba hecho. El Real Madrid además del meta costarricense Keylor Navas se ha hecho con los servicios del alemán Toni Kroos, un delineante del fútbol, y apunta a la revelación del Brasil 2014 el colombiano James Rodríguez. Y así, suma y sigue, se refuerzan cómo pueden los demás.
He dicho se refuerzan, y así es, aunque en toda regla general siempre hay excepciones. Como uno sabe más por viejo que por diablo, yo puedo contar quizá la mayor excepción ocurrida jamás, lo que le ocurrió en Granada y en el FC Granada al que en 1974 llegó y salió del Mundial de Alemania con la aureola de mejor portero de todos los tiempos, Ladislao Mazurkiewicz Iglesias, el cerrojo de una selección uruguaya que tenía en el defensa Pablo Forlán, padre del ex rojiblanco Diego Forlán, en Rocha, en Montero Castillo y en Víctor Espárrago sus guardianes, y que, fichado por el Granada sólo jugó ¡dos partidos oficiales en dos temporadas!. Esta circunstancia insólita merece una explicación. La misma que ofreció en portada el diario parisino L’Equipe: “Tout est possible a Grenade”.
La historia ocurrió de la siguiente manera. Verano de 1974. El Granada cierra la plantilla para afrontar la temporada 1974-75 en Primera División y su presidente anuncia a bombo y platillo el fichaje de Mazurkiewicz, que en Alemania había jugado su tercer mundial. Entonces viene lo rocambolesco: el que hasta entonces había sido el meta titular, Francisco Javier Izcoa, habla con su entrenador, José Iglesias Fernández “Joseíto”, compañero en sus tiempos de Di Stéfano en la delantera del Madrid, reconocido cazurro, y le dice:
-Míster, ahora que viene el figura yo a chupar banquillo, ¿no?.
Respuesta filosófica, muy de la época:
-Mientras yo sea el entrenador, el titular serás tú.
Y Joseíto cumplió: Izcoa jugó 32 de los 34 partidos de Liga y el mejor portero del mundo, que arrastraba mucho más público para verle jugar el Campeonato de Andalucía de suplentes con el Recreativo Granada que en ocasiones el primer equipo, sólo jugó dos. A Joseíto le relevó Miguel Muñoz y la cosa no mejoró para Mazurkiewicz, que no jugó un solo partido oficial y al final de ésta temporada 1975-76 rescindió el contrato. El Granada descendió de categoría y hasta 2011 que volvería a la élite ha ido penando por Segunda y Segunda B. Los principales protagonistas de ésta historia, Joseíto, Miguel Muñoz y Mazurkiewicz ya han fallecido. Joseíto a los 80 años en Granada el 12 de julio de 2007; Miguel Muñoz en Madrid a los 68 años de edad el 16 de julio de 1990 y Mazurkiewicz, a los 67 años en Montevideo (Uruguay) el 2 de enero 2013.
Historia cerrada por lo tanto.