@Julio Herranz/ Decía Miguel Hernández en uno de los sonetos de su hermoso poemario El rayo que no cesa: «Yo sé que ver y oír a un triste enfada cuando se viene y va de la alegría». Pues me temo que algo así está empezando a pasar con uno, sólo con una pequeña variante: cambiando lo de ‘triste’ por ‘impertinente’, que es, digamos, el concepto general en el que pilotan estos ‘sermones’ sabatinos de este Noudiari.es, un diario digital, por cierto, que me parece que también milita en el saludable ejercicio democrático de la crítica positiva y la ironía agridulce. Por lo que, en su todavía corta trayectoria, se está ganando a pulso un puesto de agradecer entre los medios pitiusos, más bien timoratos (con las excepciones de rigor) a la hora de informar y opinar sobre «los eventos consetudinarios que acontecen en la rua», que diría Juan de Mairena, el heterónimo retórico guasón de Antonio Machado. Es decir, traduciendo al román paladino: «Lo que pasa en la calle». Hoy me he levantado ligeramente lírico y convoco a esos dos queridos colegas en apoyo leve de mis particulares, cultas y variadas impertinencias de ciudadano respondón. Protesto, luego existo.
Me explico: las opiniones que expresaba en mi anterior entrega (‘Y menos mal que esto no es el Caribe’), sobre lo insufrible y agotador que sería que estas islas ‘gozaran’ de un clima anual tan benigmo como el de Cuba, por ejemplo, ha irritado bastante a dos queridos amigos. Uno de ellos, Nico, uruguayo pero ya ibicenco de vocación, me envió este whattsup: «Hoy te leí en el Noudiari.es y ya me enojé. Si tanto te molesta agosto, ¿por qué, como hace mucha gente, no te vas de vacaciones fuera de la isla? Vuelves en septiembre y nos dejas la fiesta en paz». A lo que le respondí: «Porque no me gusta viajar con calor y con tanta gente en todos sitios. Y porque creo que tengo derecho a quejarme de lo que me molesta. Como haces tú al leerme, claro».
«Hoy te leí en el Noudiari.es y ya me enojé. Si tanto te molesta agosto, ¿por qué, como hace mucha gente, no te vas de vacaciones fuera de la isla? Vuelves en septiembre y nos dejas la fiesta en paz»
El otro quejoso (y al parecer incitador del primero) fue Alessandro, italiano asentado en la isla y encantado con el verano, porque, además, tiene un negocio en el barrio de la Marina de Vila que se mantiene más bien por las ventas que hace durante la temporada. En ese sentido económico, resulta más justificable su queja a mi escrito que en el caso de Nico, que trabaja en un video-club que no es suyo; y es de suponer que alquilará más películas fuera de temporada, que es cuando la gente suele quedarse más tiempo en casita y tal.
Por supuesto que la ‘sangre’ no ha llegado al río. A los tres nos gusta discutir y respetamos, en general, las opiniones de los demás. Y encima, gracias a que me leyeron, volví a conectar con ellos; algo que no pasaba desde hacía tiempo, pues como los veranos ibicencos son disolventes, cada uno andaba enfrascado en sus negocios, compromisos, visitas y ocios particulares. Porque, como nos pasa y decimos casi todos los residentes: ya vendrá el invierno y tendremos tiempo de sobra para ponernos al día y recuperar la comunicación perdida.
¿Debería cambiar de actitud para no enojar al personal conforme y entusiasta del verano ibicenco, con sus luces y sus sombras?
Entonces, la pregunta que me rondó por la cabeza estos días: ¿Debería cambiar de actitud para no enojar al personal conforme y entusiasta del verano ibicenco, con sus luces y sus sombras? Pues no, queridos, ya que precisamente es esa disidencia lo que me provoca esta colaboración altruísta y amistosa con este medio. Así que hasta que me canse o me aburra, seguiré dando la vara con mayor o menor énfasis, según me lo pida el cuerpo. Y no aceptaré el consejo que da esta hermosa canción de los Beatles, que me vino a la mente tras leer el mensaje de Nico: «I don´t want to spoil the party, so I’ll go; I would hate my disappoiment to show. There’s nothing for me here, so I will disappear».
Sigue así Julio.
Muy buena nota, un abarzo grande. Y por supuesto que no cumplo mi amenaza, como siempre, y sigo leyendote.
Chapeau!
molt bé, Don Julio
y apunte-me como uno más que se horroriza y reniega en lo que ha acabado convirtiéndose el verano Pitiuso
Julio Julio!!! tu puedes y debes escribir lo que piensas. Lo mismo hacemos nosotros. Lo que me hace mas enfadar es que pones al Uruguayo como ya ibicenco…y yo que estoy en la isla desde 16 años y tengo un hijo nacido aqui quedo siendo un «italiano asentado en la isla»??? «Encantado con el verano»??? Pienso que por vivir en Ibiza se paga un precio muy alto…muchas renuncias, y cierto no hago todo eso por ser invadido de un turismo barato y masivo admàs todo el año.
No querido Julio.
Ese precio carisimo lo pago para gozarme un invierno tranquilo, disfrutar de un paseo entre los almendros en flor en Santa Agnes, o para gritar como un loco en la escollera de Portinax con mis amigos un dia nublado de noviembre, Pasear con mis perros en alguna playa sin tener el miedo por una multa injusta. Y me siento muy ibicenco ya que pago mis taxas aqui, tengo mi casa y mi familia viviendo aqui, respeto la isla y me siento parte de Ella. Pero mas que fantasear sobre como serìa Ibiza si fuera en el Caribe y si tuvieramos 5 agostos en un año prefiero decir que el Invierno aqui serìa muchisimo mejor para todos si hubiera algun evento que traiga un poco turismo (bueno) aprovechando un clima fantastico hasta enero/febrero…y como cambiarìa la vida de todos si tuvieramos un par de vuelos directos por semana hace a 4/5 capitales europeas todo el invierno. Ahora sigue soñando…que yo necesito pensar como voy a pagar los alquileres de Noviemre, Diciembre, Enero, Febrero, Marzo y Abril.