@Noudiari/ La historia parece sacada de una película de Berlanga y la imagen podría aparecer en algún cuadro de Solana o en una pintura negra de Goya. Los hechos son los siguientes: una familia de Guardamar de Segura (Alicante) solicitó desenterrar a un familiar que murió hace 23 años para dipositar sus restos junto a los de mujer, fallecida recientemente y enterrada en otro nicho.
Hasta aquí todo normal. Lo más extraño sucedió después cuando, al extraer el cuerpo del nicho, los familiares comprobaron con sorpresa que el cadáver se conservaba en un estado envidiable y, llevados por una especie de extraña euforia y humor negro, no pudieron evitar hacerse unas fotos y unos selfies de rigor con el muerto. No contentos con esto, enviaron las macabras fotos por whatsapp y, a partir de aquí, éstas empezaron a circular como un reguero de pólvora de manera incontrolada por internet hasta convertirse en un fenómeno viral y aparecer en los periódicos de todo el país.
La foto que ha saltado a la fama es la que aparece un familiar no identificado del difunto sonriente, ufano y feliz al lado del pobre muerto, quien está sostenido verticalmente por el sepulturero que mantiene cara de póker. Sí se sabe que la foto la tomó la sobrina del muerto y que el escándalo que ha suscitado ha tenido consecuencias: así, desde el Ayuntamiento de Guardamar de Segura han anunciado que abrirán un expediente disciplinario al enterrador pero que en ningún momento le despedirán ya que consideran que “no ha actuado de mala fe”.
Esto es un «selfie» de muerte, je
Creo que no es necesario usar «selfie» para cualquier foto en la que salga una cara, ¿no?
Sin saber mucho inglés se que se refiere a cuando se hace uno mismo la foto, normalmente sosteniendo uno mismo la cámada. ¡Encima el texto dice que la foto la hace la sobrina del difunto! Un titular muy mal planteado
No es un selfie, es una foto tomada por otra persona.
Y lo de esta gente, no tiene perdón de Dios, menudos sinverguenzas haciendose fotos con un familiar difunto. Que poco respeto, vamos!! Que asco de gente!