Por Rebecca Beltrán:
¿Puede alguien contar su vida a través de la de sus bicicletas? Ainhoa Rebolledo sí. Pero no se piensen que esta es la crónica de una ecologista perroflauta que ha recorrido Europa sin bajarse del sillín y viene a contarnos su periplo. Rebolledo es una guasona y Mari Klinski (Honolulu Books), su debut libresco, es la digna hija de su madre.
Mari Klinski es un libro sencillo, sin artificio ni fuegos artificiales que lo hagan brillar sólo por fuera. He dicho libro, sí, porque no es una novela, tampoco un ensayo. No es una biografía, ni una autobiografía, ni una bicigrafía. Y he dicho sólo por fuera porque por dentro brilla como una vedette en un especial de Fin de Año.
Ainhoa Rebolledo ha escrito una obra original, con carácter, irreverente hasta decir basta. Jamás la recomendarán en los institutos como lectura obligatoria y eso le honra. Mari Klinski es Mari Klinski y punto, un librito diminuto de esos que da gusto llevar en el bolsillo a todos lados y que de tan único que es disfrutará del beneficio de no ser inscrito en la plantilla de ninguna moda, corriente o generación.
Si quieren deleitarse con la poesía de la intrascendencia, de esa que junta Siniestro Total con la melancolía o la traición con Decathlon, lean Mari Klinski. Si quieren disfrutar de una lectura que te tatúa una sonrisa desde la primera página hasta esa última en la que aparece la información de la imprenta, lean Mari Klinski. Y si les sabe a poco, que les sabrá, sigan a la autora en su blog Let’s Pretend we were Drunk y deléitense con su día a día. Ahora le ha dado por la calceta, no les digo más.
Por cierto, la chica que aparece en la portada del libro no es ni la autora ni Mari Klinski. Como diría Mayra Gómez Kemp, hasta aquí puedo leer… Pero ustedes sí pueden continuar con el inicio de Mari Klinski en Sigue Leyendo.
Mari Klinski de Ainhoa Rebolledo
Honolulu Books
N.º de páginas: 80
PVP: 7,50 €