@C. V. / No se puede hablar del desarrollo del turismo en Ibiza sin mencionar el nombre de Toni Marí, Moreras (Sant Jordi, 1946). Toda la vida ligado a la hostelería, desde 1988 es el propietario de uno de los locales más emblemáticos de la isla, el Tropicana Beach Club de Cala Jondal, un local que abrió la veda a los demás beach clubs de las Pitiüses. Este año Moreras se jubila, aunque reconoce que no se desligará del todo -no puede- del establecimiento que ha hecho famoso en medio mundo.
-¿Cuándo empezó en la hostelería?
-Empecé en el año 1958 como botones en el hotel Figueretes. De allí pasé por varios hoteles, como el Cenit y Helios, antes de empezar a trabajar por mi cuenta a partir del año 77. Fue en 1988 cuando, junto con mi familia, abrimos el Tropicana en un sitio como Cala Jondal que, en ese momento, era casi como la selva del Amazonas. Fue el primer beach club que abrió en Ibiza y no sabía que esa palabra tendría tanta repercusión porque, si no, la hubiera registrado. Ahora no se abre nada que no sea un beach club. Eso sí, a base de trabajo, sacrificio y muchas horas he conseguido que Tropicana sea un referente en la isla.
-¿Cómo ha evolucionado el Tropicana en todos estos años?
-Desde un primer momento buscamos un turismo de calidad. No se consigue una clientela así si no se hacen las cosas bien. Por eso no abusamos de los precios y mi mayor alegría es ver que la gente repite y repite. En los primeros años, en los que éramos el primer beach club de Ibiza, reuníamos a toda la jet set, aunque ahora trabajamos principalmente con holandeses. Casi hay más ciudadanos de ese país en el Tropicana que en la propia Holanda.
-Habrá visto muchos cambios en todo este tiempo…
-Desde que empecé a trabajar hasta ahora he visto muchas ibizas, que no tienen nada que ver una con otra. Hay gente que dice que estábamos mejor antes y es cierto a veces, aunque en otros casos creo que se vive mejor ahora. Hasta los años ochenta, más o menos, Ibiza estaba muy bien, porque no era tan conocida y la gente que venía aquí era muy educada y correcta. Ahora no hay el mismo respeto. También dicen que se ha destruido la isla, pero yo no la veo tan castigada. Si la cuidamos y respetamos entre todos, hay Ibiza para rato. Pero, sobre todo, es importante que los políticos también se impliquen, no sólo los cuatro empresarios de siempre. La mayoría de los gobernantes lo único que hacen es prohibir, pero nunca colaborar y ayudar. En vez de prohibir deberían dar facilidades.
-Ahora le ha llegado el momento de jubilarse…
-Sí. Creo que ya he cumplido y este año me jubilo porque pienso que ya merezco un descanso. Son muchos años al pie del cañón y hay que tener en cuenta que la hostelería es muy dura. Son siete días a la semana y no hay fiestas durante prácticamente todo el año. Es cierto que es un trabajo muy bonito y que te permite conocer gente de todo el mundo, pero son muchas horas y muchos sacrificios. Sin embargo, he sido muy feliz en mi trabajo y ahora también puedo ser feliz viendo cómo trabajan los demás.
-¿No echará de menos dirigir el beach club?
-Por supuesto que sí, porque es como mi casa. Pero no voy a desaparecer del todo. Debo estar aquí, pero no en primera sino en segunda fila y dejando que los jóvenes también trabajen. Dicen que el diablo sabe más por viejo que por diablo y ese es mi caso. Además, con el paso del tiempo me he convertido en la imagen del local y muchos clientes, lo primero que hacen es preguntar por el dueño para saludarme. Por eso vendré aquí a supervisar y dar consejos, pero dejando paso a gente más joven que comienza ahora y que tiene mucha ilusión.
-También ha sido, entre otras cosas, presidente de la desaparecida SD Ibiza…
-Tuve la suerte de ser directivo y presidente del Ibiza varios años. Me gusta el fútbol y me lo pasé bien. No se gana dinero y se sufre mucho, pero es una etapa de la vida y no me arrepiento de nada. No quiero ponerme ninguna medalla, pero salimos nosotros y eso se derrumbó enseguida. Ahora voy a intentar apoyar al CD Ibiza para que recupere el nombre y que dentro de pocos años esté jugando en Tercera.
-Por último, ¿qué piensa hacer a partir de ahora?
-Mis compañeros que se han jubilado me dicen que trabajan ahora más que antes. Ahora ejerceré de abuelo, que antes no podía ejercer. Lo que sí es verdad es que me llevo muchos recuerdos y anécdotas de este sitio. Casi podría escribir un libro, aunque muchas cosas no se pueden contar. Quiero agradecer a todos los amigos y clientes de Tropicana, de los cuales guardo grandes recuerdos y muchas historias que han pasado aquí. Entre ellos y yo hemos hecho grande el Tropicana.
Toni eres sin duda un gran profesional y aunque es cierto que Tropicana es toda la gente que lo ha hecho posible, tu eres el alma y el creador de este sitio tan especial. Gracias y feliz merecida jubilación