R. Beltrán/ El falsificador falsificado. Si Elmyr de Hory estuviera vivo, seguramente se partiría de risa por lo que ha sucedido en una casa de subastas de Nueva Zelanda, donde se han retirado dos óleos que se le atribuían al húngaro y que han resultado ser falsos, ya que su verdadero autor es un corredor de apuestas londinense llamado Ken Talbot.
El mejor falsificador del siglo XX se ha convertido, por méritos propios, en alguien a quien imitar, a quien copiar y cuya firma falsear. Y eso mismo es lo que hizo Ken Talbot cuando, según el medio especializado en arte Artlyst, agarró los pinceles y se decidió a replicar dos falsificaciones de Elmyr de Hory (Budapest, 1906- Ibiza, 1976) de dos lienzos de Claude Monet (París, 1840 – Giverny, 1926). Al salir a subasta, los expertos detectaron que eran copias de la copia canónica y el galerista ha decidido ponerlos a la venta como “falsificaciones de las falsificaciones de Claude Monet”. Un juego donde lo falso y lo auténtico tiene mucho más en común de lo que aparenta.
El maestro de las copias perfectas
Elmyr de Hory se convirtió durante los años sesenta y setenta en el falsificador más reputado del mundo. Matisse, Monet, Modigliani, Cezanne, Picasso… Su excelente formación, recibida en París y Munich, junto a su brillante talento facilitó que ningún pintor se resistiera a sus pinceles y a confundir a más de un experto en arte, ya que sus falsificaciones eran casi imposibles de detectar.
El pintor húngaro pasó los últimos dieciséis años de su vida en Eivissa, donde decidió quitarse la vida en 1976, en su casa de Sant Agustí. Pero su obra y, sobre todo, su irrepetible y azarosa vida inspiraron a muchos artistas, como él se inspiró de los grandes maestros de la pintura. El escritor y periodista norteamericano Clifford Irving detalló en Fake! su biografía y el director cinematográfico Orson Welles la adaptó al cine en F for Fake, un film que se rodó parcialmente en Ibiza.