Autoridad Portuaria desoye a los arquitectos y mantiene íntegramente su proyecto de reforma del puerto de Vila

@V. R. / Autoridad Portuaria no cambiará una coma del proyecto inicial de la reforma del puerto de Vila a pesar de las reclamaciones del Colegio de Arquitectos de Ibiza y su amenaza de acudir a los tribunales si los trabajos en la fachada marítima de la ciudad no se ajustan a la legalidad. Así lo ha dicho el presidente de este organismo, Alberto Pons, que este lunes ha estado la isla para presentar el plan de usos del puerto y donde ha avanzado que, definitivamente, se descarta la posibilidad de construir un aparcamiento subterráneo en es Martell así como cualquier otra modificación del planeamiento original, como, por ejemplo, la altura del edificio de es Martell, entre otros aspectos sugeridos por los expertos locales.

Los arquitectos entienden que las obras no pueden llevarse a cabo tal y como están previstas porque carecen de la documentación que debe regular la articulación urbanística de este puerto y afirman que la remodelación proyectada precisa también un Plan Especial y un Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental que no existen.

No obstante, Pons ha señalado que ha mantenido numerosas reuniones en este sentido con las instituciones insulares y con los propios arquitectos y que después de escuchar a todas las partes no tiene finalmente intención de variar nada del proyecto inicial. «Soy un hombre de gestión y tiramos adelante. El Colegio de Arquitectos que hagan lo que consideren oportuno. He tenido si no 20, hasta 21 encuentros para hablar de esto y hemos adoptado esta decisión, que es irrevocable», ha remarcado.

Impacto
«No habrá aparcamiento subterráneo». En este sentido «ha primado el espíritu peatonal y el menor impacto estético para el puerto. Todas las ideas son bienvenidas, y de hecho considerábamos que la construcción de este parking era buena, pero somos sensibles a la voluntad y la opinión de los ciudadanos, representada en esta ocasión por el Ayuntamiento y el Consell, que mantienen su postura de que no se haga esta instalación. En el paseo afloran unos aparcamientos en superficie, más o menos 180, y se ha planteado la mejora del aparcamiento hasta la zona del club náutico, algo que tenemos que estudiar para evaluar hasta dónde podemos llegar», ha manifestado Pons. De esta forma, el presidente de Autoridad Portuaria ha dejado entrever que el número de plazas de aparcamiento podría aumentar si queda espacio para ello entre la estatua del marinero y el edificio de la entidad social del CN de Ibiza, algo que va en contra de la postura del Colegio de Arquitectos.

Pons ha dicho también que se ha valorado la posibilidad de hacer caso a los arquitectos en su demanda de no convertir la zona portuaria de la ciudad en una gran planta de estacionamiento de vehículos, reduciendo esas inicialmente 180 plazas en superficie proyectadas, pero que esto no ha sido viable. «La necesidad al final va a ser patente. Estamos hablando del centro del puerto de Ibiza, que no es el puerto de un municipio simplemente, sino de una isla, y por tanto hay que ser conscientes de que va a tener multitud de necesidades, tanto industriales como comerciales, así como de transportes, y la presión va a existir, tanto para bien como para mal. Y es que no estamos construyendo un bosque».

Los de casa, los últimos
Los ciudadanos serán los últimos en cuanto a la prioridad de uso de dichos aparcamientos. «Hay unas necesidades portuarias de todo tipo y tendremos que ir restando, y si quedan plazas libres, obviamente, serán para los residentes. También hay que tener en cuenta que no será lo mismo en julio que en diciembre. Un día como hoy (de noviembre), en el puerto podrá aparcar cualquiera. Tenemos que estar a la altura de este puerto», ha señalado Pons.

El presidente de Autoridad Portuaria no ha podido especificar si habrá una plaza de aparcamiento por barco, pero ha dejado entrever que serán más por la demanda y el alto  precio que se pagará por atracar en un puerto que está pensado para megayates y que al parecer se enfoca a un turismo de altísimo poder adquisitivo. Pons ha comentado que sueña con que el puerto esté a plena capacidad no solo en verano, «sino todo el año».

Discrepancias
La reforma no tendrá en cuenta la delimitación de máxima protección que comprende desde el final de la calle Montgrí hasta el el mar y que llega hasta más allá de la estatua del Marinero, siguiendo, en línea recta, también hasta el mar, al término de la calle Compte de Roselló.

«En un principio no cambiamos nada y se mantiene el proyecto presentado. ¡Ojo!, que eso no quita que sea bueno escuchar la opinión de los profesionales», ha dicho en referencia a las reclamaciones del Colegio de Arquitectos, que defiende y denunciará cualquier actuación en este tramo que no se ajuste a la normativa. «En un primer momento me sentí molesto por la actuación de los arquitectos, pero, reconsiderándolo, si quieren proponer cualquier sugerencia que dé tiempo a tratar, desde luego que estaré encantado de escucharla», ha afirmado Pons.

Se da la circunstancia de esta zona concreta del puerto forma parte de la declaración en febrero de 1969 del conjunto histórico artístico de la ciudad y cualquier actuación o alteración de la misma debe pasar una serie de trámites institucionales que el proyecto de Autoridad Portuaria ha pasado, de momento, por alto y que los arquitectos no están dispuestos, por su responsabilidad como Colegio, a pasar por alto.