@Noudiari/ Si usted está paseando por las calles del exclusivo barrio de Mayfair, en Londres, y se le acerca un vagabundo, tiene muchos puntos de que se trate de Damien Preston-Booth. Si, además, utiliza su tarjeta de crédito para pedirle un ingreso como limosna, no hay duda: es él.
Este hombre de 37 años viaja cada día desde su hogar, un piso alquilado por 300 libras (unos 391 euros) en Lancashire, hasta la capital inglesa para pedir dádivas a los turistas que frecuentan estas calles, repletas de tiendas de lujo. Por un lado, Preston-Booth no es un ‘sintecho’, ya que tiene una residencia. Por el otro, su forma de pedir no es con la mano extendida, sino con una tarjeta de crédito e, incluso, una cuenta de PayPal donde las almas caritativas que se apiadan de él pueden ingresar sus donativos. Y con lo que recauda, este británico disfruta de cinco o seis vacaciones al año, según ha declarado un antiguo amigo de Preston-Booth a The Sun. Entre sus destinos favoritos, cómo no, se encuentra Ibiza.
Entrega un recibo de la limosna a los donantes
Este británico, políglota y con mucha labia para los turistas, ha colgado en su perfil de Facebook imágenes y fotos de todos sus viajes, costeados con su particular método, en el que no ha dejado ni un detalle al azar: el datáfono de la tarjeta de crédito que lleva a cuestas está conectado a internet a su smartphone por Bluetooth y en el mismo momento en el que recibe una limosna, entrega al donante un recibo de su transacción.
Listo como el hambre, Damien Preston-Booth se ha convertido en toda una celebridad por su peculiar picaresca. Otros medios recogen, por ejemplo, cómo pasó la Nochevieja en la puerta del hotel Dorchester, donde el Sultán de Brunei estaba ofreciendo una fastuosa fiesta, cuyos invitados terminaron lanzándole billetes de 20 y 50 libras. Unos ahorrillos para disfrutar de nuevo de unos días de relax en París, Montecarlo… O Ibiza, para poder volver a relajarse viendo la puesta de sol que grabó para sus seguidores en Facebook.
El título de la noticia es incorrecto. No se trata de un vagabundo: (Holgazán u ocioso que anda de un lugar a otro, sin tener oficio ni domicilio determinado), si no más bien de un mendigo (persona que habitualmente pide limosna) con mucha labia.
El título de la noticia es incorrecto. No se trata de un vagabundo: (Holgazán u ocioso que anda de un lugar a otro, sin tener oficio ni domicilio determinado), si no más bien de un mendigo (persona que habitualmente pide limosna) con mucha labia.
que webos tiene el muchacho gloton
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Vividor
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