Serena Amaduzzi: «En las playas de Formentera implantamos un servicio de socorrismo pionero en España»

Ahora que estamos solos, por Ana Mateos.

Nombre completo: Serena Amaduzzi.

Fecha y lugar de nacimiento: Bologna, Italia, el 26 de febrero de 1967.

Signo del zodíaco: Piscis.

¿Lees el horóscopo? No, tengo dudas sobre las capacidades de análisis y de síntesis de quien escribe los horóscopos.

Estado civil: Casada.

¿Cuándo viniste a Formentera por primera vez? En mayo de 1998.

¿Y por qué viniste? De vacaciones.

¿Por qué decidiste quedarte? Alguien me contó que venir a Formentera de vacaciones una semana sabe a poco, dos semanas está bien y tres semanas hace que no quieras irte nunca más. Y eso fue exactamente lo que ocurrió. Así que volví a Italia, me despedí del trabajo, de mi casa, de todo y volví aquí a trabajar.

¿Y en qué trabajabas? El primer año estuve de fregaplatos en el Macondo y luego me pasaron a ayudante de cocina, porque el chico que ocupaba el puesto tuvo un accidente en moto.

¿Y después? El segundo año iba un poco mejor con el castellano y estuve de camarera. Y el tercer año empecé de monitora en la Piscina Municipal.

¿Cuál es tu rincón favorito de la isla? Levante, concretamente una playa que está entre el Tanga y el Kiosco Levante, que me parece perfecta. Para mí, ese es el auténtico color de Formentera: el agua y el cielo.

¿Cómo definirías Formentera en tres palabras? Libertad, naturaleza y azul.

¿Qué es lo que más echas de menos de Italia? El fermento cultural. Yo soy de Bologna, que es una ciudad universitaria de las más antiguas de Europa y es muy viva a nivel cultural. Echo de menos salir y saber que tengo una amplia oferta cultural. No es que aquí no exista, pero allí hay mucho más donde elegir, es algo endógeno de la ciudad.

¿Dónde te ves de aquí a diez años? No lo sé, pero puede que sea en Formentera, teniendo en cuenta la velocidad con que han pasado estos 17 años que he vivido aquí. Si no estuviera en Formentera, estaría en cualquier lugar cerca del mar. Me relaja mucho, es mi ambiente (soy piscis).

Durante muchos años fuiste jefa de socorristas de Formentera. ¿Por qué lo dejaste? Porque en ese momento me di cuenta de que mi desarrollo profesional ya había obtenido el máximo posible. Implantamos un sistema de gestión directa de las playas, fuimos a congresos, expusimos nuestro proyecto… Para mí, eso fue lo máximo, ya no podía crecer más.

Creásteis un sistema pionero. Es cierto. Los municipios costeros de España suelen tener sistemas de seguridad para los turistas en las playas de dos tipos: integrados en el servicio municipal o gestionado por una empresa privada. Aquí optamos por la primera opción, porque al ser un municipio aislado este sistema era más flexible, más rápido y suponía un menor gasto económico. Claro que esto significa más trabajo, pero es mucho más eficaz. En España, además de en Formentera, sólo se sigue este modelo en en Gijón y en Murcia, en algunos pueblos del Mar Menor.

En 2012 dejas el socorrismo y te dedicas a la medicina China. Sí, empecé en el 2011 al acercarme como paciente y vi que los resultados eran bastante inmediatos y muy eficaces. Así que empecé a investigar. Además, mi médica es también profesora y me empujó a estudiar, porque según ella tenía capacidades para realizar esta tarea. Así que estudié durante cuatro años [acaba de sacarse el título] y he abierto mi consulta.

Para los despistados, ¿en qué consiste la medicina china? Básicamente contempla al paciente bajo tres cuerpos: físico, energético y mental. Y estos tres cuerpos no pueden separarse, porque se contaminan y se influencian entre sí. La visión global del ser humano es lo que diferencia esta medicina de la alópatica (medicina occidental). Nuestro cuerpo tiene una energía que fluye y que puede ser drenada. Por supuesto, la mente puede condicionar mucho nuestro cuerpo físico. Está todo unido, No puede separarse.

¿Hay muchos prejuicios hacia este tipo de terapias? Probablemente sí, porque no forma parte de nuestra cultura. Evidentemente, si fuésemos a China quizá mostrarían reparos hacia nuestra medicina occidental… También tengo entendido que existen estos prejuicios porque hay mucho intrusismo, muchas personas que dicen que la practican pero que en realidad no son profesionales, no tienen una buena formación y eso perjudica la labor del resto. Hay que estudiar muchos años para ejercerla bien. Seguramente cuánta más calidad haya en los próximos profesionales, menos prejuicios surgirán.

Dejamos la parte profesional, vamos a lo personal. ¿Cuál crees que ha sido el peor momento de tu vida? Me gusta pensar que todavía no ha pasado. He vivido momentos duros, pero mis padres están vivos y, de momento, lo peor no ha venido.

¿Y el mejor momento? Cuando me casé. Fue muy emocionante y, además, lo hice a una edad en que lo viví con más intensidad [con 42 años].

¿Cuál es tu mayor sueño? Poder seguir estudiando y hacer que mi cuerpo y mi mente puedan aguantar para lograr la felicidad, para hacer cosas que me gusten y me hagan feliz.

¿Y qué es ser feliz? Despertar cada mañana con una sonrisa, sin nada que te preocupe demasiado, con tranquilidad… Vivir con sencillez y enfrentarse al día a día con serenidad.

¿Tienes alguna manía? Soy bastante ordenada, porque el orden y la limpieza me tranquilizan. No puedo estar en una habitación con desorden, me molesta. Si estoy en casa de otra persona, obviamente no digo nada. Pero si es la mía, intento que haya orden.

¿Alguna fobia? No, por suerte no.

¿Qué es lo que más te molesta del mundo? La arrogancia y la ignoracia. Y las dos cosas juntas son terribles.

¿Qué haces para desconectar? Escucho música y leo, leo muchísimo.

¿Qué libro encontramos en tu mesita? Ahora estoy leyendo novelas de un escritor americano, Don Winslow, me gusta mucho. Es contemporáneo y escribe novelas policíacas y de intriga.

¿Prácticas deporte? Últimamente no. Estoy entrenando mi mente estudiando, le estoy dando prioridad al estudio, que a mi edad ya va bien.

¿Cuál es tu plato favorito? Soy una buena italiana… ¡La pasta de todas las maneras y con todas las salsas!

¿Eres buena cocinera? Mmm… Mi marido lo es mucho mejor.

Pero si tuvieras que hacer un plato para sorprender, ¿cuál sería? Me gusta mucho utilizar pescados como salmón, arenques, sardinas y ponerlos en ensaladas, con frutas… Es muy sano y resulta muy sabroso. También podría hacer un plato típico de Bolonia, el involtini, que son como unos rollitos de lomo de cerdo, queso parmesano y mortadela. Menos sano, eso sí… ¡Hipercalórico total!

¿Cuál ha sido tu último capricho? Ir a un concierto. Me gusta mucho la música en vivo, así que he ido a Londres a ver un concierto de Mario Biondi. Cuando veo que hay giras de artistas que me gustan, aprovecho para visitar una ciudad e ir al concierto. Así también salgo un poco de la isla, aunque no volvería a vivir en una ciudad, sólo de visita.

Si pudieras escoger tener un supoderpoder, ¿cuál sería? El teletransporte, sin duda.

¿Qué te llevarías a una isla desierta? A mi marido.

¿Alguna profesión frustrada? No, porque en mi vida he tenido muchas posibilidades de cambiar de profesión y, cuando ha sido posible, siempre he hecho lo que me ha apetecido. Me he dado muchas oportunidades en la vida para ir probando qué me gustaba… Ahora mismo disfruto muchísimo lo que hago, es un trabajo donde tengo toda la responsabilidad de mis errores y de mis éxitos, es un reto que me parece muy interesante porque me pongo a prueba constantemente.

¿A quién admiras? Hay un médico italiano llamado Gino Strada, que fundó una organización no gubernamental llamada Emergency, que es totalmente benéfica (reciben dinero sólo de donaciones) y se dedican a abrir hospitales en zonas de guerra: Irak, Afganistán, Sierra Leona, donde están trabajando en la epidemia del ébola… Creo que es un hombre excelente. De hecho, en Italia se hizo una encuesta por internet y a la gran mayoría de ciudadanos les habría gustado tenerle como presidente de la República.

Si pudieras conocer a alguien, ¿a quién seria? A Gino Strada, claro, pero también a la Madre Teresa de Calcuta. Es una persona que siempre me ha suscitado mucha curiosidad. Una mujer tan pequeña, con una fuerza tan grande… Me habría gustado percibir su energía, aunque sólo fuese una décima parte.

¿Qué defectos tienes? A veces soy muy susceptible y me ofendo fácilmente, aunque con la edad va a menos.

¿Y una virtud? Quizá que siempre tengo una sonrisa en la cara, no me cuesta sonreír. Es mi manera de ser: soy optimista. A veces, siempre según mi marido, demasiado.

El último entrevistado, Marcos Contreras, nos dejó una pregunta ‘a ciegas’  (sin saber para quién iba a ser) y es la siguiente: ¿A quién votarás en las próximas elecciones?  A las personas que me den más confianza, independiente del partido político. Un buen político es básicamente una buena persona. He trabajado muchos años con políticos y creo que esa es una buena conclusión.

¿Y cuál es tu pregunta ‘a ciegas’? .¿Qué solución darías para no utilizar más hidrocarburos fósiles? [Risas] Pobre, le va a caer un marrón…

¿A quién que le pasarías el testigo de esta entrevista? A Verónica Arenas, por supuesto.