En los últimos días hemos sido testigos con gran estupor de una serie de informaciones en los medios de comunicación en las que se hablaba de la intención del Ayuntamiento de San Antonio de permitir la urbanización de zonas como Cala Gració, Cala Gracioneta o Punta Galera a través de las normas subsidiarias.
Ante tamaña barbaridad uno, de por sí curioso, se lanzó con avidez a estudiar con más detalle los planos elaborados para las mencionadas normas municipales. Mi sopresa fue mayúscula al comprobar que muchas de estas zonas ni siquiera respetaban el límite impuesto por Costas para poder urbanizar y que, en la mayoría de los casos, los terrenos que se marcaban en la planimetría ya contaban con alguna edificación.
Al parecer, según pude comprobar, estas construcciones cuentan con una antigüedad de más de 40 años y las normas elaboradas por el Consistorio las definen como Asentamientos en Medio Rural. Al parecer, según me han explicado personas que entienden mucho más que yo de esto del urbanismo, se trataría de una nueva figura que trataría de dar legitimidad a estas construcciones que ya están consolidades y que en la actualidad, por esta carencia de legalidad, tributan sólo una parte del Impuesto de Bienes Inmuebles.
Sin embargo esta figura urbanística desarrollada al efecto podría dar pie a que, aquéllos propietarios de terrenos en estas zonas que cumpliesen los requisitos establecidos, pudieran urbanizar sus fincas. No se trataría de megaurbanizaciones pero sí que supondría que hubiera más ladrillo en las zonas más idílicas del muicipio.
Ante esta situación urge una reunión entre todos aquéllos que aspiran a ostentar la Alcaldía de Sant Antoni y que, con luz y taquígrafos, debatan y lleguen a un compromiso de cómo se debe actuar en lo referente a estas edificaciones ya asentadas para que la nueva ley que se apruebe en la próxima legislatura, sea quien sea quien la apruebe, no se convierta en un coladero para que lo más bonito de nuestro pueblo se convierta en un casco urbano como otro cualquiera.
José María de Lamo
ses variades si -parcialmente— resto NI TOCARLO
Se trata de que con la declaración de núcleo rural legalizan muchas casas ilegalmente construidas, permiten que se amplie la zona incluyendo sus terrenos o los de sus parientes o amigos, y asumen el coste de los servicios municipales de que dotarán a los vecinos. Pagamos justos por pecadores.