@Lluís Ferrer/ Servidor siempre ha sido muy de la ficción distópica. Ya sea mediante la literatura más “convencional”, con títulos como 1984 de George Orwell o Apocalipsis de Stephen King, o bien a través del género que nos ocupa con obras maestras como V de Vendetta de Alan Moore o la más reciente Los muertos vivientes (The Walking Dead) de Robert Kirkman, esta variable de la ciencia-ficción es susceptible de proporcionar grandes e inquietantes lecturas sobre lo que hipotéticamente (o no…dependiendo de lo visionario del autor y su trabajo) puede esconderse en los recovecos de nuestro futuro incierto.
El que fuera productor y guionista superestrella durante las temporadas 3, 4 y 5 de la televisiva Perdidos, Brian K. Vaughan (EE.UU, 1976) realiza en ‘Y, El Último Hombre’ un ingenioso ejercicio de imaginación ajustado milimétricamente a las possibles consecuencias que ocasionaría su ficticia propuesta: la eliminación de todo macho viviente portador del cromosoma “Y”, incluidos embriones, huevos fertilizados y espermatozoides por culpa de una misteriosa plaga… todos, a excepción del escapista aficionado Yorick Brown y su mono Ampersand.
Nuestro protagonista descubre de inmediato que su nueva condición resulta mucho menos provechosa de lo que cabría imaginar en un principio, y decide entonces atravesar medio planeta en pos de su novia Beth, a quien el pequeño inconveniente ha pillado en Australia. El viaje del último hombre de la faz de la tierra, acompañado de la Dra. Mann y de la agente 355 del misterioso Culper Ring, se convierte en una epopeya en toda regla capaz de estresar al mismísimo Mad Max. A lo largo de la macrosaga de 60 números descubrimos que el mundo, tal y como lo conocíamos hasta ahora, se viene abajo al no contar apenas con estructuras organizadas que resulten operativas con mujeres al mando. Los mermados gobiernos contribuyen a un colapso total de lo que queda de humanidad. El único ejército funcional es el que ya era mixto desde un principio, la Fuerza de Defensa Israelí, que además mantiene intacta su agenda de objetivos, entre los que se encuentra la captura del último espécimen varón a toda costa.
Yorick Brown resulta ser hijo de una congresista norteamericana superviviente, y el mundo esta tomado por las Hijas de las Amazonas, un grupo de pseudofeministas radicales que se amputan un pecho a modo de rito iniciático e intentan hacerse con el poder a toda costa. Descubrimos también que a pesar de su desaparición en la Tierra, aun quedan algunos hombres vivos orbitando el planeta en la Estación Espacial con los que nadie contaba.
La trama del televisivo Vaughan, repleta de sorpresas e inesperados giros argumentales, es intrincada y emocionante, y se ve reforzada por el impecable estilo de la dibujante Pia Guerra (EE.UU, 1971). La artista imprime el ritmo adecuado a toda la historia con un trazo limpio y sencillo, alejado de florituras innecesarias para el desarrollo de esta espléndida aventura avalada durante sus cinco años de publicación en la línea Vertigo de D.C Comics por todos los premios imaginables del género (Eisner, Harvey…)
Destacables resultan también las magníficas portadas del ilustrador estadounidense J.G Jones, dotadas de un estilo detallado y realista que realza en mucho la personalidad de una obra que en su conjunto se destapó como una de las mejores de la pasada década.
Palabra de Lostie.
Lluís Ferrer Ferrer (Cala Mastella, 1971) Especialista en tebeos y demás vicios de malvivir, es el escritor (i)responsable de la Trilogía ibositana (2008-09-10) y de los guiones de la Webserie Salvador, un superhéroe low cost (2012-13).