¡ESPARTANOS!
@L.F./ Si revisamos los libros de historia clásica, en pocas ocasiones encontraremos un evento tan fascinante como la batalla de la Termópilas acontecida en el año 480 a.C. El relato de unos pocos que se enfrentaron a muchos ha perdurado merecidamente en la memoria, y es de justicia rendir homenaje a esos tres días de furia que determinaron la evolución de nuestra sociedad, de la democracia y de nuestro continente tal y como los conocemos hoy en día.
Frank Miller (EE.UU, 1952) no desaprovecha la ocasión de recrear una historia épica, tomándose todas las licencias necesarias que fuera menester, ya que estamos ante una novela gráfica de ficción y no una lección de historia…pero aun así, la trama desarrollada por el autor es más veraz y está mejor documentada de lo que muchos quisieran reconocer a primera vista.
300 narra la epopeya del mismo número de espartanos hoplitas que acompañados de lesbios, arcadios, focenses, locros y tebanos entre otras nacionalidades conformaron un irrisorio grupúsculo de 7.000 hombres que debía contener la acometida del pavoroso ejército reunido por el rey persa Jerjes I, cuyos efectivos reales oscilaban entre los 250.000 y el millón de soldados, los propios historiadores no terminan de ponerse de acuerdo; pero en todo caso, resulta obvia la abrumadora superioridad de unos respecto a otros. Una desventaja reducida por el ingenio militar del rey Leónidas, quien sacó máximo rendimiento de su posición elevada y paso estrecho para el enemigo en el desfiladero de las Termópilas, lugar de paso obligado para los persas en su camino hacia la actual Grecia y el resto de Europa.
Su mayor número de efectivos resultaba inútil en un accidente geográfico que les hacía de embudo, y las disciplinadas fuerzas de contención hubieran podido resistir indefinidamente el asalto de no ser porque un espartano deforme, a quien Leónidas rechazara para formar parte de su selecto ejército, se vengó de la afrenta mostrando al rey Jerjes una senda oculta por la que rodearlos hasta llegar a su retaguardia. El tiempo pone a cada uno en su sitio, y día de hoy, en griego moderno, el nombre del rencoroso Efialtes es sinónimo de traidor.
Miller no deja en el tintero ni una sola de las frases míticas atribuidas al conflicto, como las del soldado espartano Dienekes, poco aficionado a la arquería por considerarla un arte de cazadores y cobardes que rehuían el combate cuerpo a cuerpo. Ante la aseveración del emisario persa advirtiendo que la innumerable cantidad de flechas de sus arqueros cubrirían el sol y tornarían en noche el día, este afirmó que: tanto mejor, así lucharemos a la sombra. Lapidarias fueron también las palabras de motivación dirigidas por Leónidas a sus hombres en la mañana del último día, ya descubierta la traición de Efialtes: Tomad un buen desayuno, porque esta noche cenaremos en el Hades. Sea como fuere, la suerte estaba echada de antemano, y aunque en un principio el comandante espartano creía en la posibilidad de contener la acometida, lo que le erigiría en el salvador de la península helénica, también sabía que su sacrificio no sería en vano, ya que todas las nacionalidades que conformaban la actual Grecia se unirían para levantarse en armas contra el enemigo invasor, tal y como sucedió con posterioridad. Los historiadores nos cuentan que dos espartanos, Erudito y Aristodemo, sobrevivieron fingiendo morir ante la espesa lluvia de flechas que finalmente acabó con Leónidas y los retales de su “guardia personal”, y que fueron ellos los encargados de transmitir la historia, dando así origen a la leyenda de aquellos pocos que afrontaron su empresa imposible abrazando a la muerte con honor.
Mucho y mal se ha hablado tanto de este cómic como de su adaptación cinematográfica. Los pamplinas mojigatos de siempre, acogotados por la estúpida corrección política que parece querer impregnarlo todo (relatos de ficción inclusive) y también los radicales fundamentalistas pasados de rosca habituales, pidieron la cabeza del autor por lo mismo de siempre, que si el relato incitaba al racismo y la xenofobia, que si promovía el odio hacia el Islam (aunque el islamismo no apareciera hasta 1.000 años más tarde de los acontecimientos narrados en 300), que si era una afrenta que debía ser lavada con sangre, que si los persas son retratados como salvajes, que si blablablablabla…lo de siempre, vamos. También hay que decir que puede no estarse de acuerdo con la ideología reaccionaria que según estos avezados visionarios promulga el propio Miller, extrapolando (supuestamente) una serie de acontecimientos históricos a la actualidad, pero eso no nos exime de la responsabilidad de dejarnos la piel si fuera necesario para que él, o Salman Rushdie, por poner otro ejemplo, puedan expresar sus ideas en plena libertad, siempre y cuando acaten las reglas de juego democrático, claro está.
De todos modos, me parece a mí que hay mucho susceptible desocupado mareando la perdiz y sintiéndose ofendido por absolutamente todo, cuando lo que debería hacer es dejarse de joder a los demás para que todos podamos campar por nuestros respetos ejercitando el libre albedrío. Un libertad que conseguimos, en parte, gracias al valiente sacrificio de un puñado de hombres que perdieron su vida para evitar una invasión militar con vistas a someter a todo el continente, porque, ¿qué hubiera sido de la vieja Europa y la democracia en ciernes inventada por los propios griegos si no se hubiera frenado la invasión a tiempo? Estaremos todos de acuerdo en que la sociedad espartana no era precisamente un modelo de virtudes a imitar; más bien al contrario; el protofascismo y la eliminación física de recién nacidos débiles o con taras estaba a la orden del día. Fue precisamente esa aberrante selección no-natural la que los convirtió en los perros de la guerra más temibles y especializados de su época, los primeros en dar la cara allí donde la diplomacia no es una opción y a los que siempre se recurre cuando hay que sacar las castañas del fuego. Aun así, el retrato del autor no es tan descarnado como pudiera parecer. Según sus propias palabras, acotó la imagen de los espartanos a un límite tolerable por la sociedad actual.
El estilo de dibujo desarrollado y la visión de los acontecimientos no dejan de tener los tintes de romanticismo épico y clásico de todas las grandes sagas, una impresión remarcada por las magníficas y suaves tonalidades escogidas por la colorista Lynn Varley, esposa de Miller en aquella época, conformando ambos un equipo creativo imbatible que dejó lo mejor de ellos mismos en 300. La serie fue publicada originalmente entre mayo y septiembre de 1998 en cinco entregas donde las ilustraciones aparecían a doble página. Al reeditarlas en tapa dura a modo de novela gráfica se respetó la edición original, dando lugar a un más que interesante y poco usual álbum de formato apaisado. La propuesta se hizo acreedora de los Premios Harvey de 1999 al Mejor Color y Mejor Serie, exactamente los mismos que acaparó en los prestigiosos Eisner de ese mismo año, añadiendo además al lote el de Mejor Autor Completo (guionista y dibujante) para Frank Miller.
Supongo que estas alturas es por todos conocida la adapatión homónima al cine de 2007 dirigida por Zack Snyder con Gerard Butler en el papel de Leónidas. La película fue la 2ª más taquillera del año, y no hay duda de que marcó tendencia dejando escenas memorables e influenciando sobremanera a numerosas producciones que habrían de llegar después. Aun así, debo confesar que a mi no me convenció. La trama original de los cómics tal vez resultara demasiado escueta para una cinta de esa duración, por lo que los guionistas se vieron obligados a inflar el metraje con el inevitable interés romántico del protagonista por su reina en una subtrama paralela y artificial que no aporta nada interesante. El exceso de abdominales “al aerosol” y la obsesión de retratar a los espartanos como a musculosos mazacotes descerebrados, lejos de los austeros y fibrosos guerreros de la novela gráfica que desfilaban cantando alegremente en pelota picada por los sitios tampoco ayudó demasiado. Aunque también es de justicia reconocer que la excelente iluminación, el tratamiento dado al color, y una fotografía que homenajea directamente a las viñetas más relevantes del cómic son apartados muy destacables y dignos de mención. Una buena alternativa de ocio en definitiva, aunque que resulta muchísimo más edificante si viene acompañada de la lectura de su correspondiente y maravillosa novela gráfica, creedme.
Lluís Ferrer Ferrer (Cala Mastella, 1971) Especialista en tebeos y demás vicios insalubres, es el escritor (i)responsable de la Trilogía ibositana (2008-09-10) traducida al castellano y recopilada en El Hondero (2013), de los guiones de la webserie Salvador, un superhéroe low cost (2012-13), y colaborador del programa de Radio Èxit, Supercultura Freak Chow (2013) otro despropósito relacionado con el mundo del cómic…como si no hubiera cosas más importantes que hacer.
La verdad es que Miller es uno de los grandes y lo que sale de su cabeza son auténticas maravillas. Ciertamente la polémica a veces ensombrece el trabajo de este genio. Aunque con moraleja, no deja de ser un cómic.
Feliz año, Lluis y enhorabuena por esta magnífica sección.
La verdad es que Miller es uno de los grandes y lo que sale de su cabeza son auténticas maravillas. Ciertamente la polémica a veces ensombrece el trabajo de este genio. Aunque con moraleja, no deja de ser un cómic.
Feliz año, Lluis y enhorabuena por esta magnífica sección.
Estoy de acuerdo contigo Lluis en cuanto al cómic. Pero en historia… nada, que no nos ponemos de acuerdo nunca por lo que se ve. Fueron 300 lo espartanos, porque deliberadamente querían ridiculizar al resto de pueblos griegos, como tenían por costumbre. Eran más que protofascitas. Eran unos auténticos nazis. De hecho Hitler los tenía como referente. Eran odiados por el resto de griegos, por que entre otras cosas habían esclavizado a otra nación griega, y eran chulos, arrogantes y prepotentes. Siempre que se dirigían a un no espartano lo ofendían con su menosprecio. Los aprendices de Hoplitas, mataban a los esclavos mientras realizaban sus quehaceres simplemente como medio de terror psicológico para mantenerlos sumisos,y así se entrenaban, de paso; pues los esclavos eran muchos y ellos pocos. Ni siquiera podían hacer el amor de manera normal. Tenían que entrar burlando las defensas de la ciudad y entrar en su casa sin que nadie les viera, y al amanecer desaparecer. Pues todo acto en su vida estaba pensado para se una prueba. La homosexualidad, formaba parte esencial en su adiestramiento, ya que el aún niño, era entregado a la tutela de un adulto guerrero, al que tenía que servir y honrar, creando un vínculo intimo. Dejaron de lado las ciencias y las artes, practicando la eugenesia, que dio lugar a personas de poca inteligencia, parcos en palabras, y muy brutos. Precisamente esa falta de inteligencia hizo que finalmente fueran derrotados en las guerras médicas,por una coalición de naciones griegas comandadas por Atenas; ya que incapaces de hacer nada imaginativo, fueron derrotados en una batalla, y en la siguiente, presentaron el mismo planteamiento. Y los griegos los volvieron a derrotar de la misma manera que la primera vez.
Las naciones griegas no acudían a ellos nunca, pues corrían el peligro de terminar siendo sus esclavos. Pero finalmente, y ante el miedo de la gran superioridad que estaba tomando Atenas, se decidieron a llamarles. Y efectivamente derrotaron entre todos a los atenienses, pero claro, a costa de que los espartanos pretendieran esclavizarlos a todos. Finalmente se tuvieron que unir todos contra ellos guiados por los atenienses, que como digo, los derrotaron finalmente. Para un espartano la muerte en combate era la propia razón de su vida, motivo por el que no tuvieron ningún problema en ir solo 300 a las Termopilas. La sociedad espartana, estaba constituida por 2 reyes, para contrarrestar y equilibrar el poder. El ejercito lo constituían 5.000 hombres, y todos ellos tenían las casas idénticas, e idéntico era además su mobiliario, además vestían todos igual, y llevaban el pelo también igual, largo; para evitar envidias. El Estado, se hacía cargo de la educación y el entrenamiento del espartano, ya que éste debía dedicar su vida al Estado. Sus mujeres, eran educadas en el total sometimiento y obediencia. Servían para procrear nuevos espartanos.
¿Salvaron los espartanos Grecia de los Persas? Los Atenienses contaban con la mejor flota naval, que derrotó a los Persas en Salamina. Y por tierra, los derrotaron en Maratón. A la historia conviene mirarla con perspectiva, desde la lejanía. Atenas inventó (nos dicen)la Democracia… Pero formas muy parecidas estaban extendidas por varias partes de Occidente. Los romanos tenían la República, y no les gustaba nada de lo griego al principio.También practicaban la República los cartagineses. Este sistema conllevaba un Senado, donde los senadores debatían con total libertad. Y también conviene acordarse de las naciones Íberas y Celtas e incluso Godos, Pictos y Galos, entre otros. Que usaban la asamblea para decidir todos los asuntos, y en las que las mujeres también eran guerreras y tenían los mismos derechos que los guerreros.Lo que pasa es que hay mucho historiador que reverencia a Grecia y a Atenas, por todo lo que han dejado, pero suponiendo que hubiesen desaparecido (que es mucho suponer)había grandísimas civilizaciones para sustituirla, como la egipcia, la persa mima, o la romana etc. Los persas, no pretendían al invadir Grecia, que ésta fuera un primer paso para ocupar toda Europa, ni mucho menos, su interés en Grecia era secular. Desde siempre estaban enfrentados. La costa oriental de Asia menor estaba colonizada por ciudades estado helénicas que fastidiaban a los persas. El trafico marítimo también se veía muy resentido por el auge de Atenas. Vamos que se tenían muchas ganas, ya que ambos se disputaban el control sobre los mismos intereses. Y no olvidemos que griegos fueron (de Macedonia)quienes los subyugaron en primer lugar, y luego ya los romanos.Era el signo de los tiempos. Todos contra todos. Sabios, había por todas partes, y desde Occidente se tiende, desde siempre que somos los más listos, los más creativos y tal. Olvidándonos de las grandes civilizaciones orientales, la China y la India. Con imperios más grande y exuberantes que las Occidentales. En fin, apreciado Lluis, que los espartanos no fueron ningunos salva civilizaciones, y que nosotros viviríamos en este siglo XXI igual, picha o huevos, con los griegos que sin estos, puesto que hace más de mil años, que sus conocimientos fueron superados, y tendemos en estos días al la sociedad global, que implica conocimientos compartidos en todos los campos de las ciencias y las artes.
Estoy de acuerdo contigo Lluis en cuanto al cómic. Pero en historia… nada, que no nos ponemos de acuerdo nunca por lo que se ve. Fueron 300 lo espartanos, porque deliberadamente querían ridiculizar al resto de pueblos griegos, como tenían por costumbre. Eran más que protofascitas. Eran unos auténticos nazis. De hecho Hitler los tenía como referente. Eran odiados por el resto de griegos, por que entre otras cosas habían esclavizado a otra nación griega, y eran chulos, arrogantes y prepotentes. Siempre que se dirigían a un no espartano lo ofendían con su menosprecio. Los aprendices de Hoplitas, mataban a los esclavos mientras realizaban sus quehaceres simplemente como medio de terror psicológico para mantenerlos sumisos,y así se entrenaban, de paso; pues los esclavos eran muchos y ellos pocos. Ni siquiera podían hacer el amor de manera normal. Tenían que entrar burlando las defensas de la ciudad y entrar en su casa sin que nadie les viera, y al amanecer desaparecer. Pues todo acto en su vida estaba pensado para se una prueba. La homosexualidad, formaba parte esencial en su adiestramiento, ya que el aún niño, era entregado a la tutela de un adulto guerrero, al que tenía que servir y honrar, creando un vínculo intimo. Dejaron de lado las ciencias y las artes, practicando la eugenesia, que dio lugar a personas de poca inteligencia, parcos en palabras, y muy brutos. Precisamente esa falta de inteligencia hizo que finalmente fueran derrotados en las guerras médicas,por una coalición de naciones griegas comandadas por Atenas; ya que incapaces de hacer nada imaginativo, fueron derrotados en una batalla, y en la siguiente, presentaron el mismo planteamiento. Y los griegos los volvieron a derrotar de la misma manera que la primera vez.
Las naciones griegas no acudían a ellos nunca, pues corrían el peligro de terminar siendo sus esclavos. Pero finalmente, y ante el miedo de la gran superioridad que estaba tomando Atenas, se decidieron a llamarles. Y efectivamente derrotaron entre todos a los atenienses, pero claro, a costa de que los espartanos pretendieran esclavizarlos a todos. Finalmente se tuvieron que unir todos contra ellos guiados por los atenienses, que como digo, los derrotaron finalmente. Para un espartano la muerte en combate era la propia razón de su vida, motivo por el que no tuvieron ningún problema en ir solo 300 a las Termopilas. La sociedad espartana, estaba constituida por 2 reyes, para contrarrestar y equilibrar el poder. El ejercito lo constituían 5.000 hombres, y todos ellos tenían las casas idénticas, e idéntico era además su mobiliario, además vestían todos igual, y llevaban el pelo también igual, largo; para evitar envidias. El Estado, se hacía cargo de la educación y el entrenamiento del espartano, ya que éste debía dedicar su vida al Estado. Sus mujeres, eran educadas en el total sometimiento y obediencia. Servían para procrear nuevos espartanos.
¿Salvaron los espartanos Grecia de los Persas? Los Atenienses contaban con la mejor flota naval, que derrotó a los Persas en Salamina. Y por tierra, los derrotaron en Maratón. A la historia conviene mirarla con perspectiva, desde la lejanía. Atenas inventó (nos dicen)la Democracia… Pero formas muy parecidas estaban extendidas por varias partes de Occidente. Los romanos tenían la República, y no les gustaba nada de lo griego al principio.También practicaban la República los cartagineses. Este sistema conllevaba un Senado, donde los senadores debatían con total libertad. Y también conviene acordarse de las naciones Íberas y Celtas e incluso Godos, Pictos y Galos, entre otros. Que usaban la asamblea para decidir todos los asuntos, y en las que las mujeres también eran guerreras y tenían los mismos derechos que los guerreros.Lo que pasa es que hay mucho historiador que reverencia a Grecia y a Atenas, por todo lo que han dejado, pero suponiendo que hubiesen desaparecido (que es mucho suponer)había grandísimas civilizaciones para sustituirla, como la egipcia, la persa mima, o la romana etc. Los persas, no pretendían al invadir Grecia, que ésta fuera un primer paso para ocupar toda Europa, ni mucho menos, su interés en Grecia era secular. Desde siempre estaban enfrentados. La costa oriental de Asia menor estaba colonizada por ciudades estado helénicas que fastidiaban a los persas. El trafico marítimo también se veía muy resentido por el auge de Atenas. Vamos que se tenían muchas ganas, ya que ambos se disputaban el control sobre los mismos intereses. Y no olvidemos que griegos fueron (de Macedonia)quienes los subyugaron en primer lugar, y luego ya los romanos.Era el signo de los tiempos. Todos contra todos. Sabios, había por todas partes, y desde Occidente se tiende, desde siempre que somos los más listos, los más creativos y tal. Olvidándonos de las grandes civilizaciones orientales, la China y la India. Con imperios más grande y exuberantes que las Occidentales. En fin, apreciado Lluis, que los espartanos no fueron ningunos salva civilizaciones, y que nosotros viviríamos en este siglo XXI igual, picha o huevos, con los griegos que sin estos, puesto que hace más de mil años, que sus conocimientos fueron superados, y tendemos en estos días al la sociedad global, que implica conocimientos compartidos en todos los campos de las ciencias y las artes.