PROMESAS INCUMPLIDAS
@L.F./ Seamos sinceros; por mucho que nos guste atribuir la “invención” de la novela gráfica a Will Eisner (EE.UU, 1917-2005) resulta sencillo corroborar que esa descripción es anterior a su acuñación por parte del maestro de maestros en la edición en rústica de su Contrato con Dios a finales de los 70. Ya sabéis que los norteamericanos son propensos a apropiarse de los orígenes de todo lo relacionado con el medio (veáse The Yellow Kid en esta misma sección), pero también es de justicia reconocer que tanto la popularización del término como el desarrollo conceptual de sus líneas maestras, sentando las bases y precedentes de lo que a día de hoy se conoce como tal, fueron obra del icónico autor neoyorkino que da nombre a los premios más importantes del medio, un reconocimiento que le llegó aun en vida y en activo, justo al contrario de lo que sucede en este bendito país, donde tienes que espicharla sí o sí para que alguien se fije en tu trabajo. Esta maravilla de Eisner reseñada hoy conforma junto a The Spirit, del que también hemos hablado con anterioridad en CÓMICS!, y el teórico de referencia El Cómic y el Arte Secuencial, la santísima trinidad del artista completo más importante de todos los tiempos.
Tras dejar de lado a The Spirit en 1952, Eisner fundó la American Visual Corpotation, empresa dedicada a la creación de nuevos cómics, viñetas de humor e ilustraciones, apartándose de la creación historietística propiamente dicha durante un prolongadísimo intervalo de tiempo para no reaparecer hasta 1978 con lo que él denominaría novela gráfica en un afán de dignificar el género que ciertamente cosechó un gran resultado. La obra escogida para su regreso, A Contract with God, and other Tenement Stories en el original, se dividía en cuatro relatos de tintes autobiográficos en los que se recogían en parte sus propias experiencias como inmigrante en el Brooklyn neoyorkino de los años 30. Tres de esas historias discurrían en el mismo edificio del numº 55 de Dropsie Lane. Pero es precisamente en Contrato con Dios donde el autor se implica más íntimamente en la historia, narrando el desengaño de Frimme con el Altísimo tras la muerte de su hija, un ejemplo de virtud y buenas acciones. El protagonista considera que Dios le ha estafado, rompiendo unilateralmente el contrato que mantenían. Eisner, tal vez a la búsqueda de cierta de redención terapéutica que le permitiera expiar sus demonios internos durante el proceso creativo, volcó el duelo por la muerte de su propia hija en la vida real en esta narración, sin duda la más personal de todas ellas. Sea como fuere, Frimme es incapaz de mantener la fe tras su pérdida, lo que implica no pocas preguntas al respecto a lo largo de una historieta magníficamente adornada con los opresivos pero también amables ambientes urbanos característicos del autor.
Con el paso de los años y tras la publicación de dos secuelas, Ansia de vivir y La vida en la Avenida Dropsie, Eisner echó el cierre en 1995 a su original propuesta convertida ya en una trilogía de referencia en toda regla. Los tres volúmenes pueden adquirirse a día de hoy recopilados en un único tomo que hará las delicias tanto de seguidores acérrimos como recién llegados a las páginas del más grande innovador de la historia del medio. Su contrato con el mismísimo Todopoderoso en persona, quien le permitiera seguir en activo y publicando novelas gráficas de enorme calidad hasta pocos días antes de su fallecimiento en 2005 a la edad 87 años, da fe (y nunca mejor dicho) de ello.
Lluís Ferrer Ferrer (Cala Mastella, 1971) Especialista en tebeos y demás vicios insalubres, es el escritor (i)responsable de la trilogía ibositana (2008-09-10) traducida al castellano y recopilada en El Hondero (2013), de los guiones de la webserie Salvador, un superhéroe low cost (2012-13), y colaborador del programa televisivo/radiofónico de TEF y Radio Èxit, Supercultura Freak Chow (2013-14) otro despropósito relacionado con el mundo del cómic…como si no hubiera cosas más importantes que hacer.
Suena bien. Me gustaría leerla. Estoy pensando en que este tipo de cómic, más culto suele ser muy caro. Es algo que suele desanimar un poco a la hora de comprar. Quizá éste no sea el caso, pero en general en España los escritores gráficos lo pasan muy mal y tienen que publicar en el extranjero por que no hay suficiente demanda interna, no como en Francia o Estados Unidos. Es sin duda una cuestión de costumbre, pero un precio alto desde luego, no ayuda.
http://www.normaeditorial.com/ficha.asp?0/0/012043017/0/trilogia_contrato_con_dios._la_vida_en_la_avenida_dropsie
Suena bien. Me gustaría leerla. Estoy pensando en que este tipo de cómic, más culto suele ser muy caro. Es algo que suele desanimar un poco a la hora de comprar. Quizá éste no sea el caso, pero en general en España los escritores gráficos lo pasan muy mal y tienen que publicar en el extranjero por que no hay suficiente demanda interna, no como en Francia o Estados Unidos. Es sin duda una cuestión de costumbre, pero un precio alto desde luego, no ayuda.
http://www.normaeditorial.com/ficha.asp?0/0/012043017/0/trilogia_contrato_con_dios._la_vida_en_la_avenida_dropsie
Sí. A mí me parece buena la calidad / precio. 30€ por 520 páginas, pero no se puede comparar con, por ejemplo, el último libro que estoy leyendo de Santiago Posteguillo, con 1197 páginas por 22,90€; y que le supone al autor dos años de redacción. Son dos medios distintos, claro, pero aquí en España, el posible lector no lo entiende. En EE.UU. es muy diferente, ya que muchos escritores de cómic, publican por entregas en los diarios, cosa que aquí es impensable. Por cierto, ¿por qué no os planteáis en este medio hacer algo así para los posibles autores locales, tanto de cómic como de cuentos y poesías? Tal vez fuese una buena idea.
Sí. A mí me parece buena la calidad / precio. 30€ por 520 páginas, pero no se puede comparar con, por ejemplo, el último libro que estoy leyendo de Santiago Posteguillo, con 1197 páginas por 22,90€; y que le supone al autor dos años de redacción. Son dos medios distintos, claro, pero aquí en España, el posible lector no lo entiende. En EE.UU. es muy diferente, ya que muchos escritores de cómic, publican por entregas en los diarios, cosa que aquí es impensable. Por cierto, ¿por qué no os planteáis en este medio hacer algo así para los posibles autores locales, tanto de cómic como de cuentos y poesías? Tal vez fuese una buena idea.