MONARQUÍA MUTANTE ABSOLUTISTA
@L.F./ Tras el notable éxito de la publicación de Dinastía de
M, Marvel Comics decidió retomar a mediados de la década pasada un formato que si bien resultó divertido e innovador en los 80 con clásicos incombustibles como Secret Wars, donde Spiderman adquiriera por primera vez su celebérrimo traje negro, el asunto pronto se salió de madre derivando en multitud de series regulares con arcos argumentales que resultaban incomprensibles sin comprar mensualmente al menos cuatro docenas de tebeos relacionados con una misma saga. Estamos hablando del manido crossover o cruce entre colecciones que en mayor o menor grado de implicación inciden en sus series vecinas creando, en teoría, un ameno universo unificado de tintes realistas donde lo que sucede en un lado tiene repercusión en otra parte, pero que en la práctica se convirtió en una auténtica pesadilla para el bolsillo ya no solo de los coleccionistas habituales, sino también de los lectores ocasionales que se perdían en tramas ramificadas en tal cantidad de títulos que les hacían desistir de seguir la historia. Podría decirse que la en un principio audaz propuesta murió debido a su propio éxito, del mismo modo en el que suelen hacerlo por regla general las buenas ideas, por la sobreexplotación en vistas a un mero beneficio comercial inmediato en detrimento de la calidad, en este caso, de los comics publicados por la editorial.
Durante sus primeros años de redactor jefe en Marvel (cargo que ocupó desde 2001 a 2011) el dibujante Joe Quesada se ocupó muy mucho de no repetir los errores cometidos en el pasado, dotando de personalidad propia a cada una de las colecciones y rebajando al mínimo el nivel de interacción entre ellas, de tal modo que los lectores pudieran reencontrarse con sus superhéroes favoritos sin tener que estar al corriente de absolutamente todo lo que les ocurría a los demás, algo que por otra parte bien podría traérselas al pairo. Creación del propio Quesada son también otros conceptos y líneas editoriales innovadoras para públicos de diferentes edades como MAX, Ultimate Marvel o Marvel Age, que revitalizaron Marvel Comics haciéndola reverdecer laureles gracias a sus propuestas arriesgadas y originales.
Pero la larga sombra del crossover es inversamente proporcional a la corta memoria del aficionado soberano, que no deja de preguntarse qué sucedería si tal o cual personaje(s) de una misma compañía(s) se enfrentaran entre ellos. El mercado es el mercado y la oferta va siempre sujeta a la demanda, con lo que desde Marvel volvieron a plantearse el formato crossover, pero esta vez bajo la nueva perspectiva de Quesada, quién lanzó al mercado la miniserie de 8 números (en su versión original norteamericana) de Dinastía de M. Es en esos cómics escritos por Brian Michael Bendis (EE.UU, 1967) y dibujados por nuestro vecino francés Olivier Coipel donde discurría la almendra central de la historia, y podían leerse de forma independiente al resto de series regulares, aunque las consecuencias se harían notar en todas ellas, aunque de un modo mas elaborado y sobretodo coherente que en la década anterior.
Wanda Maximoff, la Bruja Escarlata, sufre durante los devastadores hechos acaecidos en Vengadores Desunidos una crisis nerviosa que la inhabilita para controlar sus vastos poderes de alteración de la realidad; los mismos que utilizará sin limitación alguna en Dinastía de M para recrear un nuevo mundo a su medida en el que su padre, el mismísimo Magneto in person, gobierna junto a su linaje una nueva realidad donde los mutantes conocidos como homo superior son la especie dominante. Todos los habitantes del planeta, sometidos al engaño mental de Wanda, olvidan su pasado y conciben como normal el nuevo status quo generado artificialmente. Solo Lobezno, con quien ya han trasteado lo bastante en su memoria como para estar curado de espantos, y una chica llamada Laya Miller, quien además de recordar el pasado por ella misma también tiene la capacidad de hacérselo recordar a los demás, son los únicos conscientes de la crítica situación. Es a partir de este instante cuando empieza la reconquista del mundo tal y como era conocido hasta la alteración de la Bruja Escarlata. El punto álgido de la trama llega con las devastadoras consecuencias ocasionadas por sólo tres palabras pronunciadas al final de la historia por Wanda Maximoff: No más mutantes…De los centenares de miles contabilizados anteriormente tan sólo quedaron 198 en todo el planeta.
Las repercusiones del núcleo central de la trama tuvieron repercusión en las series regulares de la compañía, y merece la pena destacar una curiosa anécdota en relación a nuestro futuro aforado, el rey padre Juancar el prime, publicada en la colección The Pulse, una suerte de spin off de Spiderman firmada también por Bendis que cuenta las peripecias acontecidas alrededor del suplemento semanal del Daily Bugle dedicado a los superhéroes, contando entre sus protagonistas con el incombustible periodista Ben Urich. Pues bien, uno de los números especiales de The Pulse relacionado con Dinastía de M presentaba en una magnífica portada dibujada por Mike Mayhem a un elegante Magneto enfundado en el uniforme de Capitán General de los Ejércitos de Juan Carlos (el prime) con la misma pose, el mismo Toisón de Oro, el mismo fondo, ¡e incluso las mismas condecoraciones y todo! La Casa Real, a la que de un tiempo a esta parte parecen preocuparle sobremanera lo que se publica en los tebeos en referencia a ellos aun allén de los mares, puso el grito en el cielo clamando por una rectificación so pena de tomar acciones legales contra Marvel si publicaba esa portada que de momento sólo se había filtrado a internet. Una amenaza que tuvo su efecto, pues finalmente la polémica imagen fue sustituida por otra mucho más insulsa, todo hay que decirlo. Para que luego digan de los cobardes de RBA Editores…en fin.
Tras el éxito fulgurante de Dinastía de M y tras haber olido la sangre de nuevo empezaron a caer uno tras otro nuevos crossovers y eventos megalomaniáticos de carácter anual como el mediocre Diezmados o la magnífica Civil War, de la que también hablaremos en su momento, pero debo decir, muy a mi pesar, que si bien es cierto que lo poco gusta no lo es menos que lo mucho cansa, y a día de hoy volvemos a estar en las mismas que años atrás, con un montón de series regulares entrelazadas de tal modo que hacen imposible el correcto seguimiento de prácticamente cualquier colección Marvel sin tener que pasar por multitud de otras publicaciones que ni me interesan ni me importan lo más mínimo. Esperemos que alguien en las alturas se de cuenta y rectifique a tiempo antes de dejar a la compañía al borde del precipicio, tal y como ya sucedió años atrás por motivos similares.
Lluís Ferrer Ferrer (Cala Mastella, 1971) Especialista en tebeos y demás vicios insalubres, es el escritor (i)responsable de la trilogía ibositana (2008-09-10) traducida al castellano y recopilada en El Hondero (2013), de los guiones de la webserie Salvador, un superhéroe low cost (2012-13), y colaborador del programa televisivo/radiofónico de TEF y Radio Èxit, Supercultura Freak Chow (2013-14) otro despropósito relacionado con el mundo del cómic…como si no hubiera cosas más importantes que hacer.