REZA TODO LO QUE SEPAS
@L.F./ El ex-marine Frank Castle está a punto de descubrir que su apacible tarde de picnic familiar en Central Park se va a complicar sobremanera. Tras presenciar accidentalmente una ejecución en un ajuste de cuentas de la mafia, su esposa e hijos son masacrados in situ, dándole también a él por muerto junto a su familia. Pero Castle consigue sobrevivir milagrosamente, y desaparece durante meses en los que se dedica en cuerpo y alma a dar forma a su venganza acumulando todo tipo de armamento y entrenándose para liquidar a los asesinos. Una vez cumplida la misión y lavada la afrenta con sangre, Punisher (El Castigador) emprenderá su propia cruzada contra el resto del crimen organizado, erigiéndose en el único héroe (según él) capaz de marcar la diferencia, ya que su ley no es otra que la del ojo por ojo y diente por diente, deshaciéndose de la escoria a sangre fría sin medias tintas, sin dilemas morales que le corroan y sin misericordia.
El Castigador es un personaje atípico en el universo de Marvel Comics. Su primera aparación data de febrero de 1974, año en el que se dejó caer en el numº 129 de The Amazing Spider-Man, la serie regular de nuestro trepamuros favorito. Ideado por el guionista Gerry Conway (EE.UU, 1952), quien también lo abocetó en primer término, fue Ross Andru (1927-1993) el encargado de la recreación gráfica del personaje. Sea como fuere, el insigne John Romita Sr. (EE.UU, 1930) remodeló el primigenio apunte de Conway sobredimensionando la pequeña calavera original para que luciera a pecho completo acompañado de una canana alrededor la cintura que, a modo de dentadura, completaba el logotipo de uno de los uniformes más chulos y reconocibles jamás creados. En su primera aparición, el archivillano Jackal (El Chacal) urde el típico plan con inevitable malentedido de por medio para enfrentar a ambos protagonistas.
El personaje ganó adeptos rápidamente y sus apariciones se multiplicaron a lo largo de las series Marvel, siendo más recurrentes en las protagonizadas por los dos superhéroes solitarios neoyorkinos por excelencia, el ya mencionado Spiderman y también Daredevil, quienes consideran al Castigador como una suerte de grano en el culo, pero un grano en el culo que con tal de conseguir su objetivo va más allá de lo que sus propias limitaciones éticas y morales les permiten, erigiéndose como juez y jurado ejecutor de aquellos tan culpables que no son merecedores de juicio alguno.
El perfil solitario y radical de Castle asustó un poco a los dirigentes de la compañía, quienes no se decidían a concederle al personaje una serie regular propia reclamada con insistencia por el fandom. Pudiera parecer no había lugar para otro chico malo que no fuera Lobezno, quien de todos modos siempre era contenido por sus compañeros de aventuras en la Patrulla-X. Así las cosas, y coincidiendo con un repunte al alza de la criminalidad en EE.UU a lo largo de la década, Marvel decide darle una oportunidad publicando en enero de 1986 el primer comic book de una miniserie de cuatro números (aunque finalmente se publicaron cinco) con guión de Steven Grant y un espléndido dibujo de Mike Zeck. El tebeo voló de las estanterías de todo el país en solo tres horas, que se dice pronto. Marvel había dado en el clavo, y aprovechando al máximo el gusto de los lectores de la segunda mitad de la década por los antihéroes oscuros lanzaron al mercado, además de la primigenia The Punisher iniciada por el guionista Mike Baron y el dibujante Klaus Janson, varias series regulares mensuales de tiradas millonarias publicadas al unísono con El Castigador como protagonista: The Punisher War Journal, The Punisher War Zone, The Punisher Armory, The Punisher Magazine…algo del todo inconcebible hasta la fecha para un héroe en solitario que no fuera Spiderman o los multigrupos mutantes.
Como no podía ser de otro modo, la industria cinematográfica de la época también se fijó en el personaje, y en 1989 el mismísimo Dolph Lundgren (el soviético antagonista de Rocky IV) se tiñó de moreno para interpretar a El Vengador…sí amiguetes, este es el título que alguna lumbrera de endosó al film en que, curiosamente, El Castigador no lucía su característica calavera en el pecho (?)
Al final, el cambio de gustos en un mercado volátil y la sobreexplotación del antihéroe le pasó factura, y su declive se hizo más y más patente hasta la desaparición de la totalidad de sus series en 1995.
Tras un lustro de algún que otro one-shot y miniseries que pasaron sin pena ni gloria, Garth Ennis toma las riendas del personaje en una serie limitada de doce números dibujada por Steve Dillon publicada entre el 2000 y 2001 bajo el sello Marvel Knigths. La buena acogida del público a su trabajo, que nos muestra a un Castle de regreso a sus orígenes, más despiadado y con un sentido del humor más negro que nunca, hace posible el relanzamiento de una nueva colección regular del Castigador. Poco más tarde, y aun de la mano de Ennis, la serie vuelve a renumerarse al verse englobada en la línea MAX de Marvel Comics, una nueva alternativa de la casa de las ideas para dar salida a historias de carácter aun más adulto que la anterior propuesta. Las dos películas recientes del personaje, The Punisher y The Punisher: War Zone estrenadas respectivamente en 2004 y 2008 están basadas en gran medida en el espléndido trabajo del joven escritor irlandés, de quién el líder de las ondas hertzianas, D. Alex Berlanga, es un fan declarado.
Desde finales de la década anterior, The Punisher ha sido reintegrado paulatinamente a la continuidad argumental clásica del universo Marvel, y son numerosas sus apariciones aquí y allá, siempre presto a desenfundar su arsenal para encargarse de los problemas que los demás no saben, no pueden, o no quieren solucionar.
A pesar de tener muy buenas historias escritas y dibujadas, y de ser uno de los personajes más reconocibles de la compañía, me niego en redondo a calificar al Castigador de “superhéroe”, es más, ni siquiera le concedería el beneficio de la duda endosándole el socorrido y ambiguo adjetivo de “antihéroe”. Las cosas como son; Frank Castle es un psicópata de manual de mucho cuidado y un hijo de la gran puta en toda regla…pero como diría aquel otro, al menos es “nuestro” hijo de puta, y por el bien común de todos, nos conviene muchísimo más tenerlo de nuestra parte que en nuestra contra, eso seguro.
Lluís Ferrer Ferrer (Cala Mastella, 1971) Especialista en tebeos y demás vicios insalubres, es el escritor (i)responsable de la Trilogía ibositana (2008-09-10) traducida al castellano y recopilada en El Hondero (2013), de los guiones de la webserie Salvador, un superhéroe low cost (2012-13), y colaborador del programa de Radio Èxit, SFC (Supercultura Freak Chow, 2013) otro despropósito relacionado con el mundo del cómic…como si no hubiera cosas más importantes que hacer.
Yo solo lo he conocido en el cine, y la verdad es que no ha gustado mucho.
Una vez, cayo en mis manos, meramente por accidente un número de powerman. Nunca más pude leer otro número, y como ya te comenté, luego me decanté con el tiempo por otras cosas. Pero me gusto. Entonces no llegaba a la isla todo tipo de cómics, había lo que había.