ES PALABRA DE DIOS…
En los albores de la legendaria y otrora rompedora revista El Jueves (nada que ver con el actual bodrio que se arrastra por los kioscos con la dignidad a la altura de los tobillos tras su último desencuentro con la familia “real”) apareció por vez primera en el año de gracia de 1977 de nuestra era un Dios tan divinamente humano que no tardó en ganarse multitud adeptos de toda índole. Ya fueran católicos practicantes o ateos recalcitrantes, todos se sonreían con la simpática creación de José Luis Martín (Barcelona, 1953), quien además era uno de los pilares fundacionales de la revista que sale los miércoles.
Tras la llegada del mismísimo Todopoderoso personificado en un afable abuelete de larga barba blanca embutido en pantuflas de andar por casa era inevitable la llegada de su sufrido representante en la Tierra, un Jesusito (no me lleves) tan humanamente divino que también acumuló su merecida e importante legión de acólitos. La progresión lógica de las publicaciones semanales con personajes de semejantes características desembocó en el inevitable paso siguiente, la adaptación de las sagradas escrituras, sui generis, al cómic.
Tal y como hicieran muchos autores contemporáneos suyos hubiera resultado muy sencillo para José Luis promocionar su trabajo desde la tribuna del escándalo en unos tiempos revueltos en que lo sensible de la temática se prestaba a ello, cagándose en los muertos de la madre iglesia y todos los santos que la acompañan si fuera menester; pero el genial historietista escogió el camino pedregoso sin caer nunca en el recurso fácil de la provocación y el mal gusto, y visto con la perspectiva que otorgan los años y la experiencia hay que reconocerle su acierto.
A pesar de ser considerado su trabajo más “polémico” y de sufrir algún que otro rebuzno y alguna que otra coz de burro por parte de los retrógrados de siempre (unos pocos juicios por ultraje a la religión católica de ná’ de los que salió absuelto) lo cierto es que su sentido del humor apto para todos los públicos además de amable e inteligente, descripciones aplicables tanto al creador como a su obra, le evitó encontronazos más serios con los colectivos reaccionarios fascistoides de la época, que los había, muchos, y muy peligrosos…que se lo pregunten si no a sus compañeros de la también satírica revista El Papus donde el bueno de José Luis iniciara su carrera profesional en 1976.
La Biblia contada a los pasotas adapta los pasajes más reconocibles del Antiguo Testamento narrados desde la perspectiva de un autor que, a lo tonto a lo tonto, deja caer un subliminal mensaje aconfesional que cala hondo entre los lectores sin que estos apenas nos demos cuenta. Así, en sus páginas podemos sonreirnos con sus peculiares interpretaciones de pasajes bíblicos y personajes como los padres de la Humanidad, Adán y Eva, y sus hijos, el rudo Caín y el afeminado Abel; el galimatías de la Torre de Babel; el atareado Noé, hazmerreír de sus congéneres por construir un barco en tierra firme; los juguetones Abraham y su esposa Sara, que concibieron a su hijo Isaac cuando sumaban 190 años entre los dos; las diferencias entre Esaú y el trepa Jacob, hijos de este último; las envidias de los hermanos de José por su vestimenta multicolor; el enfrentamiento entre Moisés y el Faraón y el posterior peregrinaje por el desierto de los hebreos en busca de la tierra prometida; la destrucción de Jericó a manos de Josué; la machada del casposo Sansón embaucado por la ninfómana Dalila; la no menos heroica proeza de David derrotando a Goliat de una pedrada de honda; la burbuja inmobiliaria especulativa del rey Salomón; los presuntos orígenes extraterrestres del profeta Elías; el puteo a Jonás, obligado a permanecer durante días en el vientre de un pez; el rescate a Ezequías de su sitio en Jerusalem con la ayuda de ángeles exterminadores que pasaron a cuchillo a 185.000 asirios en una sola noche; la historia de cómo Judit, la primera feminista de la historia, virtuosa y temerosa de Dios, salvó a su pueblo rebanándole la cabezota a Holofernes; Daniel domando a unos peligrosos leones ateos, y un extra final que nos despeja las incógnitas sobre todo aquello que queríamos saber de los profetas y jamás nos atrevimos a preguntar completan esta irreverente y divertida adaptación de unas “sagradas escrituras” que, para que nos vamos a engañar, rebosan de sexo y violencia por todas partes (me estoy refiriendo a la Biblia, no al tebeo).
Por contradictorio que pueda parecer, lo que consiguió José Luis Martín con su adaptación fue suavizar el texto original, creedme; porque si llega a explicarlo y dibujarlo tal como viene en el libro…¡uf!, entonces sí que se hubiera liado gorda, seguro.
Lluís Ferrer Ferrer (Cala Mastella, 1971) Especialista en tebeos y demás vicios insalubres, es el escritor (i)responsable de la trilogía ibositana (2008-09-10) traducida al castellano y recopilada en El Hondero (2013), de los guiones de la webserie Salvador, un superhéroe low cost (2012-13), y colaborador del programa televisivo/radiofónico de TEF y Radio Èxit, Supercultura Freak Chow (2013-14) otro despropósito relacionado con el mundo del cómic…como si no hubiera cosas más importantes que hacer.