El Espacio Micus inaugura su exposición veraniega este sábado 6 de julio a partir de las 19 horas con obras del artista Hiroshi Kitamura (Japón, 1955), escultor y pintor cuyas obras compartirán las salas con la selección permanente de obras de Eduard Micus.
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Hiroshi Kitamura se licenció como escultor en 1975 en Hokkaido, su ciudad natal en Japón, pero decidió tomar contacto con una técnica de grabado practicada por Picasso y se trasladó a Cataluña en 1987.
De 1988 a 1990, estudió en la Llotja de Barcelona en la especialidad de grabado xilográfico. Hasta 2012 vivió en Barcelona; desde entonces, Camallera, Gerona, es su hogar.
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Escultura en madera y pintura sobre papel son las técnicas y materiales que utiliza Kitamura. «Interpreta en ambas técnicas paisajes propios, imposibles, ancestrales. Con el ensamblaje de las maderas, que encuentra en paseos, restos de podas o de talas, configura formas naturales, celulares, reconocibles en las que la acción del artista solo se vislumbra en el detalle y en lo imposible de su forma y tamaño, reinterpretando las formas naturales», relata Nuria del Río Pinto, investigadora de Historia del Arte en la Universidad de Granada.
En cuanto a la pintura en papel, «parte del caos primigenio del papel frente a la urdimbre ortogonal de la tela, configura paisajes mediante los materiales que tiene a su alcance, correlato con la madera, tinta china, nogalina, nácar… viento que mece las mieses, nubes que se dispersan, aguas arrolladoras…», reflexiona la historiadora del Arte.
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La fascinación de Kitamura por la cultura rupestre le ha hecho caminar casi toda la península ibérica. Buena parte de esa conexión con lo atávico «se percibe en las protoformas celulares y en la fusión con el paisaje y la naturaleza que nuestros antepasados ancestrales mantenían».
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