La poeta Paula Malugani y la pintora Julia Fragua están tan ilusionadas como conmovidas de tener entre sus manos su primer proyecto juntas. El libro que han alumbrado, ‘La jaula de agua’ (Centro Editor), es ya una realidad tangible, que se presenta este viernes 10 de febrero en Can Ventosa en un acto que será conducido por el promotor cultural Carles Fabregat a las 20.15 horas en la sala Marià Villangómez.
Un libro encabezado por una hermosa cita de Gabriela Mistral: «El cielo empieza aquí en la tierra o no empieza nunca’ y que va desgranando poemas en los que la isla, el mar, el cielo, la luz, sus pájaros y sus árboles anclan las palabras.
Los poemas abordan el amor desde la madurez y el desamor desde la sabiduría de los años y van de más luminosos a más oscuros para volver a irradiar luz, como los ciclos de la vida.
Ensoñaciones, felicidad y olvido en unos poemas delicadamente ilustrados por la mano de Fragua a través de collages y dibujos que casan a la perfección con la sensibilidad y delicadeza de Malugani.
Para Paula Malugani (Buenos Aires, 1969) este es su primer libro de poemas, con lo que su salida a la luz le hace especial ilusión.
Reside en Ibiza desde el año 1987, donde coordina talleres de lectura y escritura. Organiza y participa con frecuencia en recitales poéticos y sus poemas aparecen en algunas antologías junto a otros escritores. Es coautora de los libros: Talleres de Poesía I (1995) y A mares (1999).
Escribir: encender entre los dedos una luciérnaga inventada que toca la vida y la hace temblar.
Julia Fragua, por su parte, nació en Ávila en 1963 y reside en Ibiza desde el 2000. En la isla es una reconocida artista y ha participado en numerosas exposiciones, tanto individuales como colectivas. Tiene en su haber varios premios de pintura y técnicas de estampación. Como ilustradora ha publicado junto a Diana Córdoba el cuento La niña que sacó a pasear a sus medias, (Amazon, 2020) y participado en el libro Prince: Beyond the lyrics (Buük Editorial, 2021).
Y te busqué por no estar sola en la lluvia, por desnudar fantasmas, porque las sábanas azules donde te sueño, ahora saben a mar.