Laura Ferrer Arambarri / La enfermera y actriz Meritxell Martínez vivió en abril de 2020 un hecho al que un profesional sanitario nunca debería enfrentarse: acudir a una urgencia en la que está implicado un ser querido.
Cuando recibieron el aviso a las 5.30 horas de la madrugada en la central y supo que el hombre con parada cardíaca estaba junto a Can Sulayetas, en Sant Miquel, se temió lo peor.
Ella vive muy cerca de allí y cruzó los dedos. Al llegar se encontró el escenario que nunca habría querido encontrar: Tuvo que intervenir en una parada cardíaca de un amigo íntimo. Ella y sus compañeros lucharon hasta el final pero falleció.
«Lo dimos todo, actuamos muy bien y trabajamos de manera impecable en esa intervención, a pesar de todo. Cuando hay un vínculo emocional lo das todo, aunque por dentro te estés muriendo», relata Martínez, emocionada al recordarlo.
Este hecho tan duro ha servido de inspiración para un cortometraje que ha escrito y protagonizado. No solo es un homenaje a su amigo sino que está dedicado a todos los profesionales sanitarios que se han visto en la situación de atender a una persona cercana, con la carga emocional que lleva consigo.
En el corto, además, se ve con todo detalle cómo es una intervención de estas características, lo que resulta incluso didáctico dado que es un trabajo que muchas veces se queda en la sombra.
Además lo han presentado al concurso Hygeia de Fuden, Fundación el Desarrollo de la Enfermería, que busca mostrar la profesión desde una nueva perspectiva. Pronto sabrán si el corto recibe alguno de los premios.
Meritxell Martínez ha contado con mucho apoyo para sacarlo adelante, desde la dirección y cámara de Cristina Ramón, al soporte de su amigo Vicente Nadal, entre muchos otros.
El corto lo protagoniza personal técnico de emergencias y enfermeros: Antonio Burgos, Sonia Urraca, Samuel Ortega y ella misma. Para el guión también ha contado con la colaboración de Cristina Ramón. Está rodado en parte en la base del 061 en Ibiza, para lo que pidieron todos los permisos.
«Nadie nos prepara a la hora de atender a un allegado y, cuando llega ese momento, quieres cerrar los ojos y desaparecer. Pero no, ahí nos quedamos dando todo lo que podemos hasta donde podemos, como si de cualquier servicio se tratara», reflexiona Meritxell Martínez que además es actriz.