@Pablo Sierra del Sol / La racha como invicta de la Peña Deportiva ha durado 21 jornadas. Al vigesimosegundo partido, los de Dani Mori han caído contra el Sant Rafel. Y lo han hecho por la mínima, después de firmar esta tarde uno de los duelos más grises de lo que llevamos de temporada en Tercera División. En el campo de Santa Eulària se ha vuelto a cumplir la ley no escrita de que, en caso de derbi, habrá poco juego y menos goles sobre el césped. Hoy, un solitario tanto de Manu Cabezuelo en el minuto 85 ha sido suficiente para decantar la contienda del lado rafeler.
La polémica, en cambio, ha sido más abundante que el fútbol desplegado durante el encuentro: primero, el gol de los visitantes ha encendido los ánimos peñistas, que han reclamado un posible fuera de juego; justo después, Terán ha dejado con diez a los locales tras intercambiar unas palabras con uno de los jueces de línea que han escoltado al árbitro ibicenco Alberto Morena. La Peña estará pendiente de los partidos que le pueden caer a uno de sus mejores atacantes, al que ha tenido que sujetar Mori cuando se ha encarado con el línier que ha reclamado su expulsión.
La roja de Terán dejaba hundidos a los santaeulalienses, incapaces durante la mayor parte del derbi de romper el entramado defensivo que ha puesto sobre el verde Vicente Román. El Sant Rafel ha sido ese equipo incómodo contra el que nadie quiere jugar. Poco a poco, los azulones se han ido soltando y en el minuto 43 se reclamaba un penalti cometido sobre Juanfran. Ya en la segunda mitad, el propio delantero rafeler, sobre el que recae toda la responsabilidad del ataque con la marcha de Ander Franco, ha probado suerte con una chilena.
Eran los mejores minutos del conjunto de Román y, sin embargo, ha sido la Peña la que a punto ha estado de acariciar la victoria con una jugada en la que precisamente ha intervenido Terán, que ya había gozado de una buena ocasión en el primer tiempo. Un centro suyo ha dejado a José Carlos Moreno solo ante la portería del Sant Rafel. Después de un mal control, el balón ha quedado muerto para que Pando la empujara, pero al cántabro se le hizo de noche y Carboneras acabó despejando a córner.
Faltaban apenas ocho minutos para que acabara el encuentro y el tercer empate peñista se mascaba en el ambiente. En ese momento apareció un protagonista inesperado: Manu Cabezuelo, que había salido poco antes sustituyendo a su tocayo Manu Ribas, lesionado. El chaval ha recogido un balón en la banda derecha, se ha plantado frente a Torres y con toda la sangre fría del mundo ha colocado la bola en el palo largo del portero, donde ni el meta ni los rivales que bajaban en la ayuda podían llegar.
Un gol que daba brillo al trabajo oscuro de un Sant Rafel que se reengancha a la pelea por el playoff a costa de dejar a la Peña en una situación incómoda. Si Formentera y Poblense ganan mañana, los enfrentamientos que se vivirán en las próximas semanas contra sus dos máximos rivales por el título, se antojarán dramáticos.