Paco Natera / Lo que ha ocurrido en el partido de Liga Nacional juvenil entre el Sant Josep y el Alaró ha sido una vergüenza. Cuando el juego estaba a punto de concluir (m. 89), el colegiado González Gallardo se ha visto obligado a suspender el choque después de la monumental tangana que se produjo entre los jugadores de uno y otro equipo y que desembocó en una pelea a puñetazos entre varios futbolistas. Los implicados en la pelea fueron expulsados con roja directa y son los locales Manu Rodríguez y Jorge García, así como los visitantes Joan Alomar y Andrés Valencia.
Cuando el trencilla decidió parar el duelo, el Sant Josep ganaba 1-0 gracias a un gol de penalti de David Bufí (m. 78). “La verdad es que lo que ha pasado no tiene justificación y está francamente feo; no es normal que pasen estas cosas”, apunta Javier Tristán, director deportivo del Sant Josep. “Se ha montado una muy gorda y no está justificado”, añade el responsable, que asegura que la tensión vivida en la grada entre algunos padres de jugadores de ambos conjuntos no ha ayudado a los chavales.
“El clima que se ha vivido varios papás se transmite al terreno de juego. A diez minutos del final, el árbitro no ha pitado un penalti de libro y una falta de juzgado de guardia a uno de los nuestros, entre otras cosas, ha sido el detonante para que se produjera la tangana y se pelearan los futbolistas”, asevera Javier Tristán.
Pese a que el partido se ha suspendido, es poco probable que se juegue los escasos minutos que restaban, por lo que la victoria es del Sant Josep, que suma tres puntos vitales. No obstante, los lamentables hechos pueden pasar factura al equipo naranja, ya que el Comité de Competición podría castigar severamente a los dos jugadores implicados en la gresca.
“Que el colegiado haga lo que tenga que hacer y la Federación también. Está claro que lo que ha pasado no debería de ocurrir en un campo de fútbol, pero el ambiente ha ido calentándose hasta que ha ocurrido algo que no voy a justificar. Sólo diré que si el colegiado hubiera pitado penalti cuando un jugador del Alaró sacó claramente el balón con la mano de la línea de gol seguramente nada de esto hubiera ocurrido”, concluye el director deportivo.