@Noudiari Punto de partida del San Rafael hacia la salvación. Sumar fuera es bueno si luego los partidos de casa se resuelven favorablemente. Esto es lo que tiene que pensar el San Rafael tras empatar en el campo del Felanitx, 1-1. Visto lo visto, puede estar contento el entrenador rafaler y sus jugadores por el hecho de haber puntuado fuera. Pudo avanzarse el bloque ibicenco en la primera parte, pero no acertó en el remate, no hubo claridad en ataque. Cuando perdonas sabes que te expones a la derrota, al descrédito y al sonrojo por los errores cometidos. Es cuando se te queda cara de tonto, como suele decirse, si al final pierdes. No fue el caso, pero por bien poco.
Tuvo el San Rafael ocasiones para marcharse al descanso con el partido en el bolsillo, pero no lo empaquetó, ni le puso el lazo y la pegatina de felicitación. Y el regalo se envenenó. El paritido alcanzó el descanso con el marcador a estrenar pese a las oportunidades de los visitantes, marradas una tras otra. La segunda parte pasó de lo que puedo ser y no fue a una guerra de guerrilas en la que casi claudica el San Rafael por no haber impuesto sobre el campo su mejor criterio y por caer una y otra vez preso de la presión y el acoso del rival en la medular cuando el partido estaba roto.
Fue una segunda mitad sin fútbol, sin juego y llena de interrupciones en la que el Felanitx, en su tramo final, se encontró con un gol tan poco merecido como elaborado y construido, obra de Muñoz en el minuto 86, pero que ponía la soga al cuello al San Rafael sin demasiado tiempo de reacción para idear un plan para hacer lo que no había salido antes.
Pero en el estrés se mueve bien el San Rafael y su ejercicio de masoquismo futbolístico halló recompensa en una falta en la frontal que Iván Morales ejecutó con maestría a la escuadra izquierda del meta para empatar a dos minutos para el final del tiempo reglamentado, minuto 88.
Aunque no se lo parezca, el punto logrado vale su peso en oro para el San Rafael en su lucha diaria por la permanencia. Un objetivo básico y prioritario que podría saber a poco en caso de ser más resolutivo y fino en la definición, un aspecto a pulir en un futuro próximo.