@Pablo Sierra del Sol / Una lección magistral de táctica se puede quedar en nada si el coraje emborrona la pizarra. La UD Alzira estaba haciendo un partidazo en Santa Eulària, con sus once camisetas azulgrana bien posicionadas sobre el césped, enjaulando a la Peña Deportiva en su campo y mandando en el marcador gracias a un gol de Gomis, pero no contaba con la garra de los locales.
Los peñistas dieron carpetazo a su mes horribilis con dos golpes que llegaron, salvadores, el día D a la hora H. Es decir, en el primer envite del playoff cuando las opciones de pasar ronda se estaban yendo lentamente por el sumidero.
Pepe Bernal, el centrocampista de golpeo magistral que volvió a la Peña en diciembre, primero imaginó una parábola en el saque de una falta que acabó en empate.
Lo hizo Piquero, uno de los blancos que más peleó y que, en esa jugada clave, rebañó la pelota de la hierba para hacer el 1-1 a falta de diez para el final.
Luego, tras regatear con una media vuelta a un rival sobre la banda, puso un centro que acabó en una volea de Ortiz que detuvo el meta valenciano.
El premio gordo se lo embolsó el propio Bernal cuando limpió la escuadra con un zurdazo desde treinta metros cuando el árbitro se llevaba el silbato a la boca.
El Municipal de Santa Eulària estalló de júbilo: Alzira decidirá la eliminatoria pero la Peña llegará con ventaja.