@V. R. / La UD Ibiza es el extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. Tiene dos caras. Una en la que es capaz de todo, de ganar lejos de su casa al rival más pintado y de jugar como un grande de la Segunda División B. Otra en la que le cuesta arrancar, en la que se mueve por el campo como un equipo frágil e inconsistente que no acaba de creer en todo el potencial que tiene. Esta jornada ha logrado un ganar en Can Misses al Almería B, 2-1, en un partido en el que ha ejercido de funambulista durante muchos minutos y que ha ganado en el descuento en un acto de fe encomiable.
El encuentro se puso de cara para la UD Ibiza en el minuto 31, cuando el Almería se quedaba en inferioridad numérica por unas manos dentro del área. Penalti y expulsión clara, sin duda alguna. Chavero tomó la responsabilidad de lanzar la pena máxima. Agarró y colocó el balón en el punto fatídico y la fatalidad se cebó en su exceso de confianza. El balón fue directo a las manos del portero visitante, que ni se movió del centro del arco para acunar el esférico en los brazos.
Fallada la mejor oportunidad para tomar ventaja en el marcador, el Ibiza se dedicó a abrazar el cuero sin mirar con verticalidad hacia el portal contrario. Chavero no llegó a recuperarse del error y el juego de su conjunto, que suele pasar por su capacidad de inventiva, se vio afectado. Ensombrecido por la frivolidad, el centrocampista no levantó cabeza ni su equipo no volvió a coger el ritmo que requería el encuentro hasta que Andrés Palop lo retiró del campo.
El Almería B, ya en la segunda mitad, lograba avanzarse en el marcador por mediación de Darío, que en el minuto 72 aprovechaba un descuido defensivo para perforar la portería ibicenca y situar el 0 a 1 en el electrónico. Asomaba de nuevo la peor cara del Ibiza en el estadio de Can Misses, hasta que, en un arranque de amor propio, lograba empatar el duelo con un tanto de Cristian Herrera a falta de 13 minutos para el final.
Encorajinado, la UD Ibiza se vio capaz de hacerse con los tres puntos y se volcó sobre la portería visitante como no lo había hecho durante todos los minutos precedentes. Esa actitud dio pie a una nueva ocasión de gol del Almería B, que a punto estuvo de tomar de nuevo ventaja en el marcador, pero los locales no desistieron en su actitud y siguieron con en su empeño guiados por el instinto y la decisión.
Y la recompensa acabó llegando. En tiempo de descuento y con todo el suspense del mundo tras una doble ocasión en la que Iosu acabó marcando para delirio de la grada, tan contenta con el triunfo de los suyos como contrariada por el partido realizado ante el que es el peor visitante del campeonato, el Almería B, que con uno menos puso en jaque a un Ibiza que tiene que ser Géminis.