@Noudiari / Hay derrotas y derrotas. Y la que ha encajado esta jornada el HC Eivissa en casa ante el Agustinos de Alicante (23-24) es de las que duelen, escuecen y cuestan de olvidar. Mejor empezar por el final, que es donde ha estado la clave, el partido y los puntos, que han volado del pabellón de Es Pratet en el último aliento para desazón del cuadro de Vila y su numerosa afición, que, una vez más, ha llenado la grada.
El partido no podía pintar mejor para los locales a falta de poco más de 30 segundos para el final. Empate a 23 goles en el marcador, golpe en ataque a su favor y un tiempo de por medio para elegir la estrategia a seguir. Todo parecía indicar que si no se podía ganar al menos esta vez no se iba a perder.
Sin embargo, todo se ha truncado con una mala elección, de esas que se toman a veces en las postrimerías de un partido exigente que absorbe todo el oxígeno e impide que la cabeza carbure como es debido.
Así, el balón que tenía que acabar con un lanzamiento casi en el último segundo para no dar opción a réplica al rival se ha perdido en una acción por el centro de la defensa visitante que ha resucitado al Agustinos.
El conjunto alicantino ha hecho lo que no ha sabido el ibicenco y con un lanzamiento sobre la bocina, ha convertido y ha agarrado la victoria con las dos manos para marcharse de la isla con el botín de los dos puntos en juego, que le sirve para afianzarse en la categoría tras un duelo igualado e intenso de principio a fin.