@Noudiari / Judit Tortajada y Ana Bonet han tomado la responsabilidad en los instantes finales del partido para conducir al Puchi a la vitoria en el partido de División de Honor Plata disputado esta tarde en la cacha del Amposta, 25-26.
Suyos han sido los goles con los que el ataque de su equipo ha concluido en la red cuando en la pista se debatía el triunfo, las ganas de ganar y de sumar dos puntos. Su sangre fría en la ejecución ha hecho bueno el trabajo de conjunto cuando apretaban los nervios, cuando se decidía si la moneda lanzada al aire iba a ser cara o cruz.
El Puchi no subirá este curso al podio de la Liga, pero ha vuelto a dar la cara en la competición en una temporada marcada por los cambios y de transición. No se sabe muy bien hacia dónde, pero, como siempre en este club, el camino a seguir lo marcarán las jugadora. Las que están, las que aprietan fuerte desde la cantera y las que puedan volver.
También la afición, que es de las buenas, y la directiva y el grado de ilusión de esta familia, porque el Puchi es eso, una pequeña gran familia agrupada entorno al balón y la cancha, la discontinua, los nueve metros, los seis o los siete. Ahí se deciden los partidos, pero también lo que pasará mañana, el futuro inmediato, que sigue siendo prometedor.
Queda un partido para que acabe la campaña, el del sábado que viene en casa (ante el OAR Gracia) a las siete de la tarde. Y pase lo que pase, el Puchi terminará cuarto clasificado. A dos pases, a muy pocos goles de la élite, de la lucha por subir de nuevo a la máxima categoría.
Y eso es lo que hay que agradecerle a este club que ha hecho grande un pueblo pequeño y que ha paseado su nombre por donde muy pocos equipos de su talla han sido capaces de llegar.