@Noudiari / El GPS 909 Unic Puchi no ha podido pasar del empate a 28 ante el OAR Gracia Sabadell en el encuentro disputado este domingo en el pabellón municipal de Santa Eulària, donde, como le ocurriera el día antes al HC Eivissa, se ha encontrado con un árbitro, Carlos Serrano, que no está capacitado para ejercer esta labor y que la ha vuelto a liar en contra de un equipo de ibicenco.
El Puchi tampoco ha jugado el partido de su vida. Se ha encontrado con un equipo que desde el principio ha sabido cómo atacar a su defensa y ha ido a remolque en el marcador, 9 a 13 al descanso.
En la segunda parte ha empezado el concierto de silbato de un colegiado con quien ir de pareja a dirigir un partido es un desprestigio para cualquiera que se precie y le guste esta difícil labor, a veces denostada sin motivo y otras criticada por el bien de este deporte, que no merece que todo el trabajo realizado por clubes modestos como los de la isla quede empañado por la ineptitud de quien no tiene, ni de lejos, nivel suficiente para pitar en esta categoría.
La reiteración de equivocaciones arbitrales ha sacado del partido al Puchi en el segundo tiempo y su rival ha aprovechado esta circunstancia para remontar el vuelo, adquirir ventaja en el electrónico y entrar en la disputa por los dos puntos.
En el tramo final, el colegiado ha excluido por tercera vez a Ainhoa García, una de las mejoras jugadoras del cuadro insular, un escollo que las insulares han superado con perseverancia y el acierto de Ana Bonet y Paulina Pérez, que han logrado salvar sobre la bocina al menos uno de los dos puntos en litigio de un partido deslucido, de nuevo, por un arbitraje nefasto, para desgracia del balonmano, el gran perjudicado.