V. R. / El Puchi no ha podido debutar con victoria en la máxima categoría del balonmano femenino español y ha caído derrotado en casa en su primer partido ante el Granollers por el resultado de 29-33. Las ibicencas despertaron en la segunda parte después de un primer acto en el que no estuvieron finas ante un oponente que no perdonaba una en ataque y se aplicaba con fundamento en defensa.
Y Granollers lo aprovechó. Ritmo y velocidad en ataque y juego con la pivote para perforar la defensa. Esa fue la receta empleada en ataque. Atrás, agresividad, anticipación y contundencia. Con estas armas anuló el equipo catalán al de casa en un primer tiempo de claro dominio visitante, con un Puchi sometido al rodillo y el brazo implacable de un adversario rodado, que durante muchos minutos jugó de memoria y sin necesidad de improvisar.
En el minuto 24 de partido, el marcador reflejaba las enormes diferencias que se estaban viendo sobre la pista, 7-21. Las ibicencas no se venían abajo a pesar del repaso que estaban recibiendo y eso les permitió maquillar mínimamente el resultado en el descanso (10-22).
Mejoró el Puchi en la segunda parte. Encontró el camino del gol y en algunos momentos dio la impresión de que podía dar alcance a su rival en el luminoso. Incluso mediado el segundo tiempo tuvo hasta tres lanzamientos seguidos desde inmejorables posiciones para marcar y para ponerse a seis tantos de diferencia, pero una vez tras otra el balón salía fuera para desesperación del técnico local, Noel Cardona, que no daba crédito.
De todas formas, las distancias en la pista entre unas y otras se habían reducido, al igual que en el marcador, 22-29 minuto 17. Tuvo a renglón seguido el Puchi una contra para seguir recuperando el pulso y recortando la diferencia en el tanetador, pero el pase de Ana Muñoz fue interceptado por la meta rival. Los errores en ataque impedían dar un paso hacia adelante al grupo ibicenco con el que traspasar parte de la presión a su adversario, demasiado cómodo sobre la pista como para caer en la duda.
El Puchi nunca se rinde, entonaba la grada, mientras el equipo ibicenco se crecía en la pista y llegaba a ponerse a solo cinco goles de diferencia después de haber llegado a perder por 14 en el primer tiempo. Sin embargo, al final le faltó tiempo al Puig d’en Valls para obrar el milagro de la remontada. No obstante, lo mejor de todo para el equipo de casa fueron las sensaciones con las que llegó al final del encuentro, 29-33.