@Noudiari / No ha podido ser. El Formentera ha llegado a la última jornada del Grupo III de Segunda B con opciones de permanencia, pero no ha sabido aprovechar su oportunidad y ha caído derrotado en el campo del Peralada, 3-0, resultado que le devuelve de cabeza a Tercera División una temporada después.
La falta de pegada, el mismo lastre de toda la campaña, ha sido determinante. El conjunto de Juan Arsenal no ha sabido resolver las ocasiones de las que ha dispuesto y, en el minuto 53, se ha marcado en propia puerta un autogol que ha supuesto el principio del final.
El delantero del club formenterense Bruno Vinicius no ha tenido, una vez más, su día. Suyas han sido las mejores ocasiones de gol, pero no ha estado a la altura, como en casi ningún momento de la temporada. No ha justificado su fichaje ni ha marcado las diferencias, cosa para la que se le contrató.
No sería justo, de todas formas, focalizar toda la culpa del descenso en un solo jugador. Al Formentera le ha faltado alma, garra y competitividad. Especialmente en este partido, en el que no parecía que se jugara la vida. El 1 a 0 obligó al cuadro insular a estirar líneas y a ir al ataque sin tapujos, y esa fue su perdición.
Garmendia tampoco estuvo acertado ante puerta y tras su fallo llegó la sentencia, dos nuevos goles del Peralada que impactaban directamente en la línea de flotación de un Formentera abatido por las circunstancias, la derrota y el golpe del cruel descenso de categoría en una campaña que empezó a irse por la borda con la huida del técnico Tito García Sanjuán.