@Pablo Sierra del Sol / Hubo una pelota de partido para conquistar Palma, pero la oportunidad de salir victorioso del Germans Escalas se le esfumó al Ushuaïa Ibiza Voley cuando su bala de plata rozó el centro de la diana sin impactar de lleno.
Hasta el 0-2 y 23-24 en el electrónico, los amarillos habían hecho todo lo que estaba su alcance, y lo habían hecho, además, a pedir de boca, para maniatar al Ca’n Ventura, el equipo más en forma de España, el actual campeón de Copa del Rey, el gigante que llevaba casi una temporada entera sin perder en su cancha. Y así seguirá el conjunto de Marcos Dreyer, al menos en la fase regular, después de revertir ante el CV Eivissa una desventaja que parecía insalvable cuando los visitantes disfrutaron de ese match ball.
Que significaba devolverle a su rival balear la derrota sufrida en Ibiza el pasado otoño.
Que suponía encaramarse a la segunda plaza de la Superliga y gozar del factor campo en los playoff que se avecinan y que cruzarán de nuevo a mallorquines e ibicencos.
Que reivindicaba al equipo que entrena Marcelo de Stéfano como candidato al título, como un bloque que puede derrotar a domicilio al resto de gallos del corral.
Pero la victoria quedó en una hipótesis que se acarició sin llegar a aferrarse. Por esa grieta se coló la luz del Ca’n Ventura, esa selección española construida con medio millón de euros salidos de la chequera de Damià Seguí, un empresario loco por el voleibol que siguió el derbi detrás de sus gafas oscuras y bajó a la pista a celebrar el triunfo del equipo al que ha bautizado con el nombre de su chalet.
Reacción del Ca’n Ventura
Las cámaras de IB3 fueron testigo de la reacción palmesana. Del posible 0-3 se pasó a un 2-2 en un abrir y cerrar de ojos. Guilherme Hage, Fran Ruiz y Víctor Viciana emergieron con fuerza para barrer a un Ushuaïa que vio cómo le empataban el encuentro perdiendo un set diez puntos abajo. Olvidado quedaba el recital de Elvis de Oliveira en el arranque del encuentro. O lo bien que atacó Nico Ronchi los bloqueos mallorquines. O el partidazo de Ignacio Sánchez, repartiendo con criterio asistencias a sus compañeros.
La opción de ser segundos se había esfumado con 1-2 y la posibilidad de sumar tres puntos se fue al garete con el 2-3. Quedaba el honor en juego, la moral en vena que supone volver de la casa del actual campeón copero con un triunfo bajo el brazo a sabiendas de que en unas semanas te lo puedes encontrar de nuevo en las eliminatorias por el título de Superliga.
Sumar quince y cantar victoria. Eso era lo que proponía el vértigo del tie-break. Un aplicado Ca’n Ventura golpeó primero, jaleados por un público renacido y entregado ante la remontada de la tropa que comanda Marcos Dreyer. 2-5, 4-7, 5-9. Demasiada diferencia parecía para que un Ushuaïa con el semblante desfondado pudiera enjugarla. Un par de errores no forzados, no obstante, metieron en la pomada a los amarillos, que salieron al rectángulo insuflados de ánimo por De Stéfano, quien no paró de alentar a los suyos en uno de los últimos tiempos muertos del derbi.
Fueron puntos magníficamente gestionados por el CV Eivissa, que resurgía de sus cenizas. No solamente empató a diez, sino que llegó a estar 12-13. La corta vida del Ca’n Ventura-Ushuaïa le daba una segunda oportunidad al Ushuaïa. Pero los vileros no supieron aprovecharla y regresarán de Ciutat con el triste consuelo del punto que la competición otorga a quien le arrebata al local dos parciales.
Pugna con CV Teruel por el tercer lugar
La victoria por 3-2 del CV Teruel contra el Barcelona, deja a los maños igualados a 42 puntos con el Ushuaïa, que baja, sin embargo, al cuarto lugar de la tabla por la diferencia de sets. El partido que medirá al Teruel y al Unicaja en la última jornada podría permitir a los ibicencos subir un puesto, acabar tercero y evitar a los almerienses en semifinales. Pero antes toca recuperar la moral de la derrota palmesana y sacar un buen resultado del difícil feudo de Vecindario, el contrincante del próximo fin de semana.