Hambre, ambición y fútbol son los argumentos que avalan y sustentan a la Peña Deportiva en la cima de la clasificación de la Liga balear de Trecera División. El equipo de Mario Ormaechea pudo dejar el encuentro ante el Mercadal concluso en la primera parte, pero la falta de concreción en los metros finales se lo impidió. Arrancó el partido con el campo ligeramente inclinado hacia la portería visitante o eso era lo que parecía vista la continua presencia del balón en las cercanías del área visitante.
Solo faltaba que el balón cruzara la línea que separa la gloria del fracaso para que el empuje de los locales se viera recompensado en el marcador. Pero en el fútbol, a veces, dos más dos no son cuatro y en una jugada aislada a punto estuvo de marcar el Mercadal. Pau Pomar peinó erróneamente un balón hacia atrás en el vértice izquierdo de su área y una acción sin peligro aparente se convertía en un tiro de Rubén, atento para cazar el balón, al palo derecho de la meta de Seral.
Quedaba claro que el Mercadal no quería el balón, la iniciativa ni el peso del partido sobre sus espaldas, pero que iba a tratar de sobrevivir de los errores ajenos y de los despistes que pudiera tener la Peña. La oportunidad de los visitantes no fue más que un espejismo, puesto que la Peña, bien conducida desde el centro del campo por José Luis, era dueña absoluta del partido.
En el minuto 29, el árbitro anuló un gol de Carvajal por presuntas manos y en el 30, Aitor obligó al meta visitante a lucirse en un disparo lejano que José Antonio desvió a córner. Pudo matar o al menos encarrilar el partido la Peña en el primer tiempo, pero no lo consiguió más por falta de acierto en los metros finales que por méritos de su adversario.
Gol en contra
Cuando tienes ocasiones y no concretas abres la puerta a las sorpresas y esto es lo que se encontró la Peña Deportiva nada más reanudarse el partido. Un internada por la derecha de Lacueva en el minuto 47 puso a los menorquines por delante en el marcador. No era justo, pero el fútbol no entiende de justicia sino de goles y el Mercadal, que pudo irse al descanso con un saco, mandaba de forma incomprensible en el luminoso del municipal de Santa Eulària.
Tras el tanto, la Peña, lejos de venirse abajo, mostró su mejor versión y poco después, en el 55, Piquero, de penalti, ponía las cosas en su sitio y el empate en el marcador. Desde ese momento, y hasta el final, no hubo color.
Es el equipo de Mario Ormaechea un grupo con amor propio, que cree en sus posibilidades y capaz de reponerse de los golpes, de crecerse ante la adversidad. No cabe duda de que la Peña tiene este año cosas que no se le veían hace tiempo al primer equipo. La ambición, en el fútbol, como en otras cosas, es imprescindible para alcanzar cualquier objetivo y al conjuunto de la Villa del Río le sobra.
El recital de goles que llegó después demuestra que la Peña es un gran equipo y que, además, se lo cree. No se resquabraja el conjunto a las primeras de cambio por muy cuesta arriba que se le pongan las cosas y tiene jugadores de calidad a los que cuando les salen las cosas muy pocos equipos están en condición de poner freno.
Entró De Pablos al partido sustituyendo a Aitor en el minuto 69 y tardó muy poco en hacer una jugada difícil de ver en esta categoría. Cogió el balón en el centro del campo, sorteó a dos rivales en primera instancia y a los que le salieron al paso después para meterse en el área y dejar el balón franco a Pando, que ajustó al paló izquierdo del meta visitante para poner a los suyos por delante.
En el minuto 83, Piquero, en una media chilena, ajustó el cuero al palo izquierdo para marcar el segundo de su cuenta y el tercero de su equipo. Un minuto antes, el propio Piquero había gozado de una clara ocasión en un centro chut que se estrelló en el larguero. La Peña quería más, quería dejar el partido más que sentenciado y llegaron los goles que se le habían negado en el primer tiempo. Carvajal, en el minuto 84, picó por encima del portero para marcar el cuarto y definitivo de su equipo, que marcha con paso firme en la Liga y al que no se le conoce techo.
Peña Deportiva: Javi Seral, Raúl Gómez, Rubén Martínez, Pau Pomar, Fofi, Borja Pando, José Luis (Youssouf, min. 79), Aitor (De Pablos, min. 69), Piquero, Carvajal, Da Silva (Raminro, min 63).
Mercadal: José Antonio, David Seguí, David Mas, Camps, Alejandro, Roberto Pulido (Barber, min. 81), Joel Marqués, Rubén, Lacueva (Clavijo, min. 86), Marc Pons y Josep Antoni.
Goles: 0-1. Minuto 47: Lacueva. 1-1. Minuto 55: Piquero, de penalti. 2-1. Minuto 76: Pando. 3-1. Minuto 82: Piquero. 4-1: Minuto 84. Carvajal.
Árbitro: Pere Rotger, asistido en las bandas por Julián López y Julián Córdoba. Mostró amarilla a los locales Seral y Pomar y a los visitantes José Antonio, Pulido y Josep Antoni.
Inicidencias: Unas 250 personas en el municipal de la Villa del Río. Los dos contendientes hicieron el pasillo de honor al equipo alevín de la Peña, campeón del torneo de clasificación de la categoría.