@Noudiari / La Pujada a la Catedral, la última competición deportiva del año en las Pitiüses, regresa este 31 de diciembre a su cita anual y lo hace, como viene siendo habitual, con una numerosa participación. Un total de 817 deportistas están inscritos en una de las pruebas más divertidas y sorprendentes del calendario.
La salida de la competición, organizada por el Ayuntamiento d’Eivissa con la dirección técnica del Club Atletisme Pitiús, está prevista a las 16.30 horas desde la Casa del Mar, en el paseo marítimo. Desde allí, los corredores recorrerán una distancia de 2.240 metros hasta la Catedral. A las 18.00 horas se llevará a cabo la entrega de premios y el sorteo de regalos en el paseo de Vara de Rey.
Este año, la Pujada presenta algunas novedades. La principal es que en esta edición se va a colaborar con la Asociación Asperger de Ibiza y Formentera y todos los interesados podrán hacer su donación en las mesas situadas en la salida y en la zona de entrega de los premios en Vara de Rey. También se realizará un sorteo al finalizar la prueba de un bono de un año de entrenamiento totalmente gratuito con U-Run y que será destinado a la asociación contra el síndrome de Asperger.
Además, habrá cambios en la línea de meta, que se retrasará hasta el final de la recta de detrás de la Catedral para evitar la aglomeración de deportistas en el último tramo. Otras de las novedades es que los atletas dispondrán de un servicio de guardarropía y una furgoneta trasladará la ropa desde la salida.
Entre los favoritos, un año más, se encuentran atletas como Adrián Guirado (Ample32) y Alexia Hartmann (FC Barcelona), los vencedores de la pasada edición. Además, destacan otros corredores como Toni Tugores (CA Pitiús), un asiduo al podio en la Pujada a la Catedral, Josep Torres (Ferrer Hotels Triatlón), bronce en el pasado Campeonato de España de triatlón de larga distancia, Óscar Santos (Playas de Castellón), Indre Barkute (Bfit Ibiza Triathlon) o Andrea Romero (Playas de Castellón), entre otros.
Eso sin olvidar a todos los deportistas que aprovechan la San Silvestre ibicenca no para subirse al podio o lograr la mejor marca, sino para divertirse y pasar un buen rato, la mayoría de ellos llevando los disfraces más originales y divertidos, antes de prepararse para las campanadas.