Sergio Castel y Miki Villar han dejado de ser hoy oficialmente jugadores de la UD Ibiza. Ambos han llegado a un acuerdo con el club para bifurcar sus caminos. El primero fue uno de los artífices del ascenso, el segundo prácticamente no ha dejado huella. Castel suena como refuerzo para otros equipos de la categoría como incorporación en el mercado de invierno. Los dos han escrito mensajes de gratitud en las redes sociales hacia la entidad para la que han estado jugando así como para la afición insular, que está viviendo una campaña complicada por la mala situación del equipo en la clasificación, donde es último y tiene la salvación a nueve puntos de distancia cuando se han consumido tres jornadas de la segunda vuelta.
Aligera peso el conjunto insular, que quería reducir la plantilla -compuesta inicialmente por 27 jugadores- a petición del entrenador, Lucas Alcaraz, que la encontraba algo larga, circunstancia de la que anteriormente también se había quejado Anquela, segundo técnico destituido esta campaña después de Baraja, con quien el conjunto empezó la temporada. Ha habido mucho movimiento en el club en este mercado de invierno, desde cambio de centrales a la rescisión de contratos de cesión… Han llegado y se han ido jugadores con la idea de reajustar el bloque y conseguir la permanencia, que va a estar cara tras el mal papel de una primera vuelta para olvidar.
Los que hay ahora, con alguna última incorporación de última hora que se espera, son quienes tienen que sacar las castañas del fuego al club y alcanzar la permanencia, todo un reto que requiere la máxima entrega y que se antoja agónico, por lo que la capacidad de sufrimiento y fortaleza mental de los futbolistas debe de acorazarse y estar a prueba de bombas, que las habrá, de aquí al final. Llegan ahora tres partidos vitales ante rivales asequibles, Cartagena, Lugo y Ponferradina, sobre todo los dos últimos, en los que no se puede fallar. Sumar menos de seis puntos en estos tres compromisos sería como decir adió a buena parte de las opciones que le quedan, que ya de por sí son pocas, de salvar el tipo.
El Cartagena viene a Ibiza tocado después de seis partidos de Liga sin haber visto puerta, sin haber marcado un solo gol, con lo que el calor del público celeste en una noche gélida como será la del domingo (21 horas) se prevé imprescindible para iniciar la escalada. Después, en la siguiente jornada, la UD Ibiza visitará al Lugo y luego recibirá en Can Misses a la Ponferradina, ambos en descenso, antes de viajar a Vitoria para medirse a un candidato al ascenso, el Alavés, partido al que la UD tendría que llegar con los deberes hechos para no correr peligro de colapsar.