El HC Eivissa ha entrado en la lucha por el ascenso a la máxima categoría del balonmano nacional por la puerta grande. Le ha cortado las alas al líder, el Cisne, en su casa y sin complejos, 27-31. El conjunto ibicenco, que consiguió su clasificación en la última jornada de la fase regular de su grupo, llegaba a Pontevedra como víctima y sale como verdugo del mejor equipo de todos hasta la fecha, con un bloque consolidado que el pasado curso militó en la Liga Asobal.
Sin embargo, el HC Eivissa no tiene techo. Y menos ahora, que juega sin presión, que puede arriesgar sin salir damnificado si las cosas no salen como estaban previstas. El objetivo de la permanencia está resuelto y ahora la meta es disfrutar, jugar sin ataduras y tratar de poner en aprietos a clubes con mayor palmarés e historia. No hay nada que perder, y todo lo que se gane será una merecida recompensa para un grupo comprometido, trabajador y humilde.
Ganar en la pista del Cisne no es fácil, pero el equipo ibicenco se ha encontrado cómodo desde el inicio del partido y ha dominado en el marcador desde el primer al último instante. Le ha salido un partido perfecto, lanzado aún por la inercia ganadora de la pasada jornada, en la que se coló de puntillas en la fase por el ascenso y en la que hoy ha reivindicado su calidad y preparación.
Sancho, Pereiro y Rodríguez, con seis goles los dos primeros y cinco el tercero, han sido los principales artilleros del conjunto insular, aunque lo cierto es que la victoria ha sido coral. El grupo ha funcionado como tal y esa ha sido la clave de un triunfo inesperado y que seguramente pondrá en prealerta al resto de equipos que pelean por una plaza en la máxima categoría. Ese no es a día de hoy el fin que persigue el club de la ciudad de Ibiza, aunque forma parte del camino de la experiencia por si algún día, por qué no, está en el horizonte.
El equipo que entrena Geno Tilves se ha marchado al descanso cuatro arriba, 12 a 16, y en la segunda parte ha llegado a gozar de hasta seis goles de renta cuando restaban poco menos de seis minutos para el final del choque, con lo que, en líneas generales, no ha dado opción alguna a su rival a pesar de ser el máximo favorito y de que jugaba en su casa y antes su gente.