Llegó el momento de elevar la perspectiva y contemplar el impresionante espectáculo de una llegada en línea, con un grupo de vehículos surcando el desierto a toda velocidad, al menos en los tramos que lo permitieron, en busca de su ansiada consagración. La atmósfera estuvo cargada de expectación mientras los competidores se preparaban para darlo todo en esta última prueba, conscientes de que cada segundo podía marcar la diferencia entre el triunfo y el esfuerzo sin recompensa.
La última etapa comenzó en un chott que se extendía durante 3,5 kilómetros, un terreno plano pero traicionero que demandó precisión y estrategia desde el inicio. A medida que avanzaban, el recorrido alternó pistas fuera de camino con extensas zonas de dunas, ofreciendo un desafío técnico que puso a prueba la resistencia y habilidad de los pilotos. Algunos sectores destacaron por sus dunas blandas, complicando la tracción y obligando a los vehículos a adaptarse constantemente a las cambiantes condiciones del terreno. Estos obstáculos naturales no solo midieron la pericia de los competidores, sino también la fiabilidad de sus máquinas, que fueron exigidas al máximo.
El tramo concluyó en el mismo Punto de Llegada de la Etapa Especial (ASS) que el de la Etapa 10, lo que otorgó cierta familiaridad a los participantes, pero no por ello menos dificultad. Este cierre simbolizó el final de un recorrido épico, un desafío que solo los más fuertes, determinados y estratégicos pudieron superar.
Pilotos y copilotos, cada uno con sus recursos, habilidades y objetivos, cruzaron la última meta con la satisfacción de haber vencido no solo a sus rivales, sino también a uno de los terrenos más exigentes del planeta. La llegada, al vivac y rodeada de un impresionante circo de dunas, fue el escenario perfecto para celebrar el esfuerzo colectivo, la dedicación y la resiliencia que definen el espíritu del Dakar. A pesar de las adversidades, todos aquellos que completaron esta etapa final se llevaron consigo una experiencia inolvidable y el orgullo de haber formado parte de esta icónica competición.
Toni Vingut cierra con éxito su primer Dakar como copiloto, alcanzando un notable 6.º puesto junto a Gerard Farrés, con un crono total de 70:36:04.
El Dakar 2025 ha supuesto un reto mayúsculo para Toni Vingut, quien por primera vez ha ejercido como copiloto en la categoría SSV tras cinco ediciones anteriores compitiendo en quad. El accidente que sufrió en 2024 generó cierta incertidumbre para Toni, especialmente sobre cómo respondería su espalda al exigente terreno de las dunas. Sin embargo, sus nervios iniciales se disiparon rápidamente al comprobar su plena recuperación y su capacidad para afrontar con éxito los desafíos de esta edición.
Aun así, el tándem formado junto al piloto Gerard Farrés ha resultado todo un éxito: el equipo Pedregà finaliza en la 6.ª posición de la general, un resultado que ambos celebran como una auténtica proeza en una de las categorías más competitivas de este Dakar. A lo largo de las etapas, Toni ha adquirido rápidamente la soltura necesaria en el rol de copiloto y ha destacado por su excelente navegación, capaz de guiar a Gerard con precisión incluso en los tramos más complicados de dunas y pistas rotas.
La comunicación ha sido la clave: ambos han ido puliendo su compenetración hasta encontrar el equilibrio perfecto entre pilotaje y notas de navegación. Gerard se muestra muy satisfecho con la aportación de Toni, quien además de su experiencia previa sobre la arena saudí, ha mantenido la calma ante los inevitables contratiempos mecánicos y pinchazos que los azotaron en más de una ocasión. Precisamente, los neumáticos han sido el punto crítico de este Dakar para ellos, llegando a afrontar los últimos kilómetros de algunas etapas con ruedas dañadas, lo que exigió reparaciones de emergencia y mucho temple para no perder terreno en la clasificación.
Otro factor destacado ha sido la recuperación física de Toni, quien temía resentirse en los constantes impactos al subir y bajar dunas. Sin embargo, asegura haberse sentido sorprendentemente bien, a pesar del desgaste acumulado a lo largo de casi dos semanas de competición extrema. Terminar el Dakar sin quedar eliminado ya es, de por sí, un logro extraordinario; pero hacerlo en la 6.ª plaza, luchando de tú a tú con equipos punteros y prototipos de gran nivel, confirma que la determinación y el trabajo en equipo han sido sus mejores armas.
Con la vista puesta en el futuro, Toni se va de Arabia Saudí con la satisfacción de haber superado su primera experiencia como copiloto con nota sobresaliente. Su historia ejemplifica la esencia del Dakar: constancia, perseverancia y pasión inquebrantable.