@Noudiari / El Isleño recibe esta última jornada de Liga al Ciutadella (domingo, 16,00 horas) en Can Misses con la obligación de ganar para agotar todas las vías de salvación que le quedan al equipo para atar la permanencia. Aun ganando los ibicencos tendrán que encomendarse a terceros para seguir un año más en la Liga balear de Tercera División. Se ha desfondado el conjunto de la ciudad de Vila en este tramo final de la temporada y en este momento está más fuera que dentro de la categoría. La continuada marcha de jugadores que se ha producido desde poco antes del inicio de la segunda vuelta de la competición como consecuencia de los problemas económicos que ha vivido el club ha sido el detonante de la situación actual.
El Isleño ha de ganar a los menorquines y encomendarse a la suerte para que se dé una carambola en los otros encuentros en los que otros clubes se juegan también el ser o no ser en la categoría. David Torres, entrenador del Isleño, asegura que «siendo realistas yo soy el primero en pesar que está muy difícil. Pero eso no quiere decir que la permanencia no sea posible y nosotros vamos a apurar todas nuestras opciones y vamos a ver si luego tenemos suerte y nos acompañan los resultados», indica.
El Ciutadella no es un equipo fácil. Bien dirigido desde el banquillo por el expeñista Dani Mori es un conjunto que sabe a lo que juega y que ha estado durante muchas jornadas en la parte alta de la clasificación aunque en el tramo concluyente de la competición se ha deshinchado, alejándose de la cima de la clasificación. Tienen los de Menorca la permanencia en el bolsillo y solo aspiran a cerrar el curso de la mejor forma posible y con el mayor número de puntos en el casillero.
Quizá esa falta de motivación pueda decantar o dar facilidades a los ibicencos, sabedores que no les queda otro que entregarse a fondo para sacar los tres puntos del último encuentro de la temporada, de que ya no va a haber nuevas oportunidades de conquistar la permanencia. El hecho de que varios equipos baleares de Segunda B estén descendidos y haya otros que vayan a hacerlo también aumenta este curso las plazas de descenso de la Tercera balear, hasta cinco en total.
Esta circunstancia ha puesto las cosas muy cuesta arriba para un Isleño al que todo le ha ido del revés esta campaña y al que solo la permanencia, según aseguran en el club, puede salvar al club de la desaparición lastrado por las deudas acumuladas y cuya directiva acaba el curso desgastada por cómo han transcurrido los acontecimientos. Pepe Grimaldo, Tomás y Ramón, por sanción, son las bajas del Atlético Isleño, que tendrá que convocar hasta a «seis o siete jugadores del filial».