El Bàsquet Sant Antoni venció este sábado, con sufrimiento y trabajo, al Gran Canaria B por 67-71. Los pitiusos comenzaron con buen pie su tercera temporada consecutiva en la LEB Plata, pero dejaron muestras de que aún tienen mucho trabajo por delante. Pero si tienes en la plantilla a Jordi Grimau la vida es mejor. El veterano jugador, de 40 años, volvió a ponerse la capa de líder para rescatar a los suyos en un encuentro que tuvieron muchas imprecisiones y escaso acierto en el tiro, según señalan desde el club.
David Barrio, entrenador de los pitiusos, se estrenó al frente de su nueva escuadra con un triunfo de mucho suspense y que no se resolvió hasta los instantes finales. A los de Portmany se les notó faltos de ritmo competitivo, por lo que el margen de mejora es tremendamente grande. El Sant Antoni no estuvo cómodo en pista en ningún momento, pero supo jugar con más frialdad e inteligencia los momentos de la verdad.
Los sanantonienses comenzaron poniéndose por delante en el marcador con una canasta de dos de Álex Llorca, uno de los debutantes en la plantilla balear. Fue un espejismo, porque al conjunto entrenado por David Barrio le tocó ir a remolque casi todo el cuarto, que se cerró con un mínimo 14-13 a favor de los grancanarios.
Los locales comenzaron con fuerza el segundo acto. Un triple de Urbaniak abrió las hostilidades, para fijar el 17-13 en el marcador. Sobrevivió el Sant Antoni en el intercambio de golpes, para recuperar la iniciativa (19-20) con una canasta de Gonzalo Iglesias, quizás el más destacado junto a Grimau. Sin embargo, un mate del gigante Diop, una pesadilla y que le ganó el duelo en la pintura a Da Silva, puso el 21-20. Barrio pidió tiempo muerto para ajustar a los suyos, que salieron bien. Un triple de Llorca catapultó a los de Portmany al 21-23, pero los pitiusos no encontraban la continuidad necesaria para escaparse. De hecho, se fueron seis abajo al descanso (41-35), a pesar de que Grimau anotó varios triples y empezaba su exhibición.
El Sant Antoni tampoco estuvo fino en el tercer cuarto. Le bastó con agarrarse a la pista, para llegar con vida al momento final. Grimau siguió a lo suyo desde la línea de 6,75, pero para los pitiusos también fueron decisivos Llorca y Kalinicenko. El periodo se liquidó con un 58-52 a favor del filial del Gran Canaria de ACB.
El escenario empezó a cambiar en el último capítulo del choque. Un 0-6 de salida, con cuatro puntos de Grimau y dos de Kalinicenko, empató el marcador (58-58). Arrancaba otro partido. Los minutos fueron pasando y ningún equipo era capaz de despegar. Un mate de Diop puso el 66-64 cuando quedaban algo más de tres minutos por jugar. Pero ahí el Sant Antoni emergió para asestar el golpe definitivo, ayudado en una defensa algo más exigente y en el desacierto grancanario. Da Silva empató el duelo (66-66) con dos libres y luego Grimau encestó un triple para poner el 66-69. Fernández anotó un punto para los locales (67-69) y Llorca, al que no le tembló el pulso desde los libres, estableció el 65-71. Quedaban cinco segundos. El Gran Canaria B lo intentó a la desesperada, pero el marcador ya no se movió más. La victoria volaba para Ibiza.