@V. R. / El Formentera se ha convertido en la envidia del fútbol balear. Es el único equipo de la comunidad que sigue en pie en la Copa del Rey y en la próxima ronda, la de dieciseisavos de final, recibirá en su campo a un club de Primera División. Y no será uno cualquiera, no, será uno de los grandes, uno de los que se clasificaron en su momento para la jugar la Champions o la Liga Europa de esta temporada.
Entre ellos están el Barcelona y el Real Madrid, que son los rivales que todos quieren en la Isla, pero en el bombo del sorteo del viernes entran también otros clubes importantes a nivel nacional y con caché europeo, como Atlético Madrid, Sevilla, Villarreal, Athletic Club o Celta.
El conjunto que entrena Tito García Sanjuán ha apeado a tres rivales de Segunda B para acceder a la cuarta eliminatoria copera, algo que está al alcance de muy pocos clubes de Tercera División, categoría en la que militan los formenterenses. Toda España ha puesto su mirada en el equipo pitiuso, la revelación del torneo, un modesto de una Isla que tiene 12.000 habitantes y que jamás antes había soñado con un premio de esta naturaleza.
A la espera de saber quién será su rival en la siguiente ronda, en Formentera ya hacen cálculos para saber cuánta gente podrá ver el choque en el campo municipal de Sant Francesc Xavier, un estadio que solo dispone de unos 400 asientos. Los directivos de la entidad ya se han puesto manos a la obra y piensan en la posibilidad de instalar varias gradas supletorias en el perímetro del terreno de juego para ganar aforo. De ninguna manera se sopesa la posibilidad de jugar en otro recinto deportivo que no sea el suyo.
Premio social y económico
Haber llegado hasta este punto en la Copa del Rey representa un premio que repercutirá en el Formentera y en la Isla tanto a nivel social como económico, puesto que además de los ingresos federativos que genera la competición en sí, se le añaden ahora los de la televisión para la retransmisión de los encuentros de ida y vuelta y una taquilla previsiblemente muy suculenta. Con ello, además, Formentera se sitúa en primera línea de el escaparate futbolístico nacional.
La gesta de un ‘pequeño’ en este deporte siempre tiene una gran difusión mediática y el caso del Formentera es de los que gustan a los medios de comunicación importantes, de los que venden. Tanto por las características del equipo como por la complejidad que representan que un conjunto de un sitio diminuto en el mapa como éste llegue tan lejos en una competición de ámbito nacional.
Todo junto puede y debe contribuir a acelerar el crecimiento de una entidad a la que la Tercera División balear se le queda pequeña, algo que no viene de esta campaña. El Formentera ha jugado cuatro play-off de ascenso a Segunda B de forma consecutiva. Y ha quedado a las puertas de subir, reflejo del buen trabajo que se ha llevado a cabo por parte del club en una Isla que vive del turismo y que cuando acaba la temporada de verano se vuelca, a todos los niveles, en su equipo, ahora más ‘real’ que nunca.